A lo lejos el sol comienza a salir, el horizonte se tiñe de tonalidades de rojo y naranja, es un nuevo comienzo para el día, y un nuevo comienzo para nosotros. Nos alejamos lentamente, abandonamos esas tierras que nos vieron nacer, buscando un nuevo hogar… Donde los lazos de familia no puedan alcanzarnos.

lunes, 13 de agosto de 2012

Paradox

Titulo: Paradox
Rating: NC17
Genero: Romance
Pareja: Yunho x Jaejoong
Advertencias: Violencia, Alto Contenido sexual

Sumario:
“El es una puta” “Una persona que ofrece su cuerpo gratis sin trabas o indirectas” Eso era lo que su grupo de amigos le comentó a Jung Yunho para variar de espectáculos en los turgentes excesos de una fiesta estudiantil.
“Están totalmente seguros?” vagamente Yunho suspiró, eso era lo que rondaba últimamente en el campus sobre Kim Jaejoong, el nuevo estudiante modelo que solo miraba a través de sus lentes a aquellas personas que le interesaban para una acalorada noche de pasión. “El ha estado en la cama de la mitad de los aquí presentes así que no lo dudes” una sonrisa que se quedaba en ese vaso vidriado con alcohol pestilente.
“Entonces yo también lo quiero” Respondió con fervor, si era una zorra que mas daba, ni siquiera por ello ignoraría el hecho de que desde su llegada fue conciente de que al observarlo, sus bajos instintos solo lo conducían a Kim Jaejoong.


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Los excesos de la noche hacen a uno cometer estupideces, eso era lo que mi padre siempre decía en charlas empalagosas de sabiduría que compartimos hasta mis catorce años de edad, en fin, no creo que hoy viniera al caso ya que la juventud es para disfrutarla y mi vida necesitaba diversión.

Todo era absolutamente monótono. Levantarse, asearse, saludar a una Madre amorosa y perfecta como la que yo tenía a mi lado, encaminarse a la universidad y adentrarse en el mundo adolescente que era un sube y baja de emociones irrelevantes, distintas unas de las otras.

Amo ser un adolescente.

-“Lo que en verdad me molesta es su forma de ser ante todos! ¿Cómo puede alguien pretender ser un pequeño niño inocente de buena familia si por las noches es la zorra de toda la universidad?- Escuchaba en silencio los susurros desesperanzados de uno de mis compañeros, el alcohol mella en nuestra sangre alocando el torrente y haciéndonos exasperar.

Esto era muy divertido.

-“Otra vez hablando de lo mismo…”- Suspiré mirando a mi grupo y volviendo al tema en cuestión. Kim Jaejoong.

No se como se había hecho famoso (en realidad si lo sabía) pero no me gustaba cuando aparecía en todos los intervalos de conversación existentes, me enervaba terriblemente el saber que era una inmundicia de persona disfrazado con la fachada de niño ejemplar y pomposo.

Fue en mi segundo año de carrera cuando lo conocí, él recién comenzaba a cursar siendo descabellado ver el revuelo que solo su caminar ocasionaba ante todos. Su adinerada familia lo tenía como una escultura de colección sobreprotegiéndolo a mas no poder, sumado a que luego de su llegada solo bastaron un par de meses para que muchos alumnos empezaran a divulgar lo que realmente hacía el niño, desenmascarándolo sin compasión. Allí comenzaron los rumores y dichos sobre Kim Jaejoong.

El entregaba su cuerpo a cualquiera que llamase su atención.

Al principio, a pesar de todo me gustaba mantenerme lejos de esos dichos, es decir, cada uno tenía derecho a hacer con su vida lo que quisiera no obstante mas allá de todo siempre estuve estupidizado con su extraña e inigualable belleza.

Sus ojos avellanados con la miel que encerraban el misterio absoluto de un millón de espejismos elocuentes que flotaban por doquier ante su mirada, esos que desembocaban en el manantial de suspiros los cuales sólo podrían escapar de sus labios.

Oh par de hermosas frutas estacionales que al abrirse divulgaban palabras al viento y sonrisas que mellaban hasta el fondo de la epifanía. Su piel lechosa demostraba que no todo se lograría en este mundo, los que no lo conocíamos íntimamente anhelábamos poder concluir la fantasía de acariciar su piel de terciopelo inmaculada con la suavidad de una pluma.

Lo sé, siempre estuve locamente obsesionado con él.

-“Lo único que no lograré explicarme es el hecho de que no le hayas propuesto lo indecente todavía ¿Acaso no te gusta Yunho? Eres todo una especie de Casanova, todos te respetan aquí, sería pan comido. - Como siempre allí surgía el cuestionamiento casual. ¿Cuál era el problema con llevármelo a la cama? Fácil. Nunca encontré una ínfima acción consecuencial para acercarme a su persona.

Kim era un sujeto peculiarmente único que determinaba a poder analizarlo con paciencia; nunca se exasperaba cuando las mujeres envidiosas le hacían pasar malos ratos, jamás vi ocasión en la cual estuviera cerca de esas personas que profesaban el haberse acostado con él.

Eso siempre me tocó la moral.

Porque allí erradicaba el tácito de que simplemente él era un hipócrita.

Al finalizar las clases disponía a subirse a la limusina que lo recogía todos los días al mismo horario, luego de ello nada mas se sabia pero como siempre había una excepción que corría a mi favor aunque no me atreviera a acercarme por propios méritos. Una vez a la semana se dirigía al conservatorio natural situado justo tras el ostentoso edificio del campus donde permanecía solo algunas horas hasta que lo recogieran, claro que a dicha hora ya mas nadie rondaba el diámetro, siempre me pareció que ello era imprudentemente peligroso a juzgar por su manera sumisa de moverse.

Definitivamente me convertí en un acosador compulsivo.

Llegue a pensar que la cárcel no estaría mal, el podría ser una especie de prostituto, pero yo siempre me considere su acosador personal, siguiéndolo con la mirada desde la lejanía y pensando una manera de poder llegar a él, sabía que en algún momento la oportunidad tocaría mi puerta y mi cuerpo estaría mas que contento de adentrarse en el suyo. Eso podría considerarse mi prólogo.

-“Me gusta, pero andar hablando sobre a quién le abro las piernas es mi maldito problema.” - la bebida ya estaba haciendo estragos en mi salubridad mental. Como era de esperarse con quienes primero me desquitaba eran mis amigos, suerte que ellos estuvieran acostumbrados a mis humores desastrosos ocasionados por la bebida, dicho esto jamás se imaginarían que la principal fuente de todas mis cavilaciones y disgustos tenía nombre, apellido y un hermoso rostro.

-“Es acaso que ya le has abierto las piernas a esa hermosura y te molesta que hablemos de él… mira que tod…- una palma soñó a estruendo en medio de la pequeña mesa situada en nuestro radio, la música bochinchera ocultó cualquier chasquido languideciente que alborotaría a los demás presentes en dicha fiesta. Varios conjuntos de miradas me observaban con indiscreción y hasta pavor reflejado.

-“Me molesta tanto hablar siempre de lo mismo, no necesito mariconas chusmas como compañeros. Permítanme decirles que cuando se me presente oportunidad no la desaprovecharé. Serán los primeros en saber los trucos ocultos en ese gato callejero.”- Tan mal, ¿Cuál era la razón de hablar sobre él en ese modo? No quería reconocer que lo que verdaderamente me molestaba era justamente que todos lo tratasen como un juguete o cosa inverosímil a la cual desechar señalando luego inmediatamente; mi frustración aumentaba en demasía frente a mí mismo sabiendo que tenía que hablar tal y como los demás porque una cosa era cierta, por más obsesionado que estuviera por esa persona yo era ignorante de todo su ser. Simplemente era como cualquiera a sus ojos.

Saber que a su mirada yo no existía era lo que en realidad me frustraba.

Ellos al escuchar mi respuesta cambiaron inmediatamente la conversación, el silencio en mi memoria denotaba que ya la noche fue perdida y lo seguiría estando hasta que en mi sueño, con la ayuda de Morfeo, él apareciera de nuevo para acariciar mis preocupaciones.




El temblor en mis manos me estaba diciendo que hoy no sería un día cualquiera de clases, estúpidamente mis ojos recorrían perezosos de vez en cuando sobre el reloj de pared situado frente mío, las palabras de los profesores me parecían susurros diminutos que entraban por un oído y salían por el otro dejando a mi cerebro mudo en su conocimiento adquirido. No sabía por qué, pero de alguna manera me sentía extraño, las células de mi cuerpo reaccionaban a cualquier cosa.

No pasaron desapercibidos para mí esos comentarios de un grupo a la lejanía en la cafetería sobre sus planes, gracias a mi mala suerte no logré escuchar bien todos los verbos aunque algo me quedaba claro, ellos querían asustar a Kim Jaejoong.

¿Sería que al igual que mis investigaciones personales ellos se enteraron de que justamente hoy era el día en que él retrasaba su regreso y permanecía en el conservatorio?

Esperaba divinamente que mis suposiciones estuvieran equivocadas en permanencia.

Ellos eran un grupo bastante pesado que mas allá de adentrarse en el estereotipo estudiantil solo pretendían divertirse y darles una razón mas a sus adineradas familiar para mantenerlos lejos de casa.

Yo sabía de buena fuente que su líder, Park Miung Soo, tenía una especie de atracción fatal hacia Jaejoong pero que nunca se había atrevido a acercarse o pedirle por intimidad, su estilo estaba orientado en ocasionar terror a sus victimas, mis suposiciones se encaminaban a que él pretendía tenerlo a la fuerza.

Maldito hijo de perra!

Pero ¿No era eso lo que yo también estaba buscando? Mi coeficiente era bastante arrogante.

La maquinación de mi cerebro había caído en un receso porque cuando mis ojos divisaron su figura floreciente atravesar la puerta del comedor el trance momentáneo se apoderó de mis cinco sentidos, ya no me importaba lo que hablasen los rufianes sobre él ni mucho menos lo que el par de niñas al lado mío me preguntaban.

Por más que vivía analizándolo minuciosamente él era una persona única en su especie. No miraba a nadie, no respondía, no se defendía! Al principio supuse que era de esos narcisistas que creían ser el centro del mundo, mas tarde que le importaba muy poco los demás individuos si no eran esos que a escondidas le brindaban placer como decían, no obstante ahora no sabía qué pensar.

Kim Jaejoong era un misterio.

Miré la forma en que su bandeja de frutas y ensalada se situaba en un rincón del sitio, una mesa donde nadie accedía a sentarse, donde todos podían observar panorámicamente cada una de sus acciones al comer.

En cada lugar donde aparecía reinaba el silencio, a mi parecer por el aura de grandeza que despedía. En estos casi dos años de mirarlo a la distancia he aprendido que su personalidad podría describirse en el de aquellas personas fuertes que siempre logran su cometido. Aguantar lo que ronda por todos y cada uno de estos pasillos era presuntamente admirable si lo analizábamos, ¿Cómo rayos ha hecho alguien que todos sus íntimos momentos salieran a la luz? Y hasta con mínimos detalles. Todo era descabelladamente horrible.

Anotación mental: Kim Jaejoong tiene una personalidad espeluznantemente ridícula.

Ese era su punto admirable, yo al contrario mandaría a matar a todas las personas que osen hablar de mí a escondidas.

Que distintos somos lindura.

-“Solo produce asco, se cree una reina pero lo único que merece es ser tratado como una vagabunda…” - oí como una de las estudiantes junto a mí destilaba hiel al mirarlo, pretendió hacer aparecer arcadas y eso se mostró muy repugnante, que vulgar las hacía ver la envidia que las corroía, pobre gente. –“Yunho, estoy contenta de que usted no haya caído también en sus sucios encantos, dicen por ahí que su ultima victima a sido el profesor de recursos forestales. Que vergüenza!”- la voz chillona que desprendió su garganta hizo brotar los bellos de mi nuca. La paciencia era una virtud que mi personalidad había desechado, Madre siempre me decía que tendría que tratar de cambiarlo porque en el futuro comenzarían las responsabilidad siendo que todo lo exterior a mí me asecharía produciendo acciones que no serían de mi agrado.

Anotación mental nuevamente: Tener un poco de razonamiento y no matar a esa mujer asquerosa.

-“Por lo menos él no pretende esconderlo, usted por el contrario señorita es una vagabunda hipócrita…”- sabiendo que la había fregado monumentalmente ante la mirada de la mayoría que siempre escuchaba mis palabras pretendí hacerme el desentendido y huir de ahí como bólido pero manteniendo mi lado cool. Las lágrimas pugnaban por salir de los ojos de la mujer y no me importó tanto como para dar una fugaz mirada al ser ubicado en un rincón, claro que sin que nadie se diera cuenta.

Nunca sospecharon ni sospecharían que Jung Yunho estaba locamente enamorado del pelinegro mas lindo del establecimiento.

Mis oídos captaron murmullos al alejarme lentamente sin monitorear las palabras, mi mente solo se gastaba en maquinar una manera de predecir lo que Miung Soo pretendía hacer. Lo sentía por mis apuntes de clases pero hoy no estaba de humor para adentrarme en las teorías y escuchar a profesores. Creo que lo mejor sería no sacarle un ojo de encima y seguirlos hasta que Jaejoong se fuera a su hogar.

Inmediatamente mi cerebro comenzó a contar las horas de transcursos donde los minutos se hacían eternos y pequeñas distracciones como insectos volátiles captaban mis ensoñaciones, aunque no me gustaba alardear no necesitaba de clases para mantener mi excelente nivel académico, era una de las tantas cualidades que me hacían ver como uno de los mas poderosos dentro de la institución. El cargo que mi madre ocupaba en el cenado de la nación tampoco pasaba desapercibido así que simplemente me acostumbré a recibir la total atención de todos.

La familia Kim era famosa, por ello no entendía como era posible que Jaejoong no haya obligado a que su familia extinga esos comentarios sobre él o los mantenga simplemente en la oscuridad. Viéndolo desde mi punto de vista eso debería verse muy mal ante la sociedad. Que el único heredero de la familia tenga antecedentes detestables no ayudaría nada en las acciones de la empresa. Claro que también existía la posibilidad de que nadie fuera de la universidad sepa su pasatiempo.

También ello fue un misterio para mis raciocinios.

Ambas agujas se posaron sobre el numero exacto sacándome de mi ensimismamiento, los alumnos empezaron a circular casi escapando para poder regresar a sus hogares, un día de deberes había llegado a su fin. Mi cuerpo seguía en el mismo lugar sin mover siquiera un músculo, analizando las acciones de una persona ubicada unos bancos adelante. Miung Soo parecía mandar intensamente mensajes por celular esperando a que nadie quede en la universidad, eso solo producía cólera en mí.

Las especies de sensaciones que me recorrieron todo el maldito día querían decir eso. Algo malo pasaría y yo tendría que evitarlo. Que buena persona eres Yunho.

Cuando después de largos minutos finalmente no ocurría nada pretendí levantarme para alejarme del aula, él me observó minuciosamente esperando anhelante por mi ausencia. Seguro creyó deshacerse de mí; que poca viveza.

Apresuré el paso hasta encontrarme tras del conservatorio.

En todo ese día de especulaciones el vicio no era sino una ilusión, y mi único vicio era el ser con negros cabellos que acariciaba las amapolas dormidas por el invierno. El permanecía mucho tiempo observando las flores que eran nuestros experimentos por así decirlo, en un futuro seríamos importantes ingenieros botánicos no obstante aún era temprano para reclamarlo. El miraba con tanto desenfreno a esos seres que me daba hasta envidia, era una hermosa ilusión que engañaba a las almas vulnerables. Mis dientes solo pudieron crujir en el crujido de pánico por mis emociones. Tenía miedo de mí mismo y de lo que podría llegar a ocasionarle.

El monstruo en mi interior estaba furioso con él por no elegirme. Porque no era como los demás, a él no le importaba mi existencia.

-“Con que aquí te encontrabas…” - el artefacto en sus manos cayó de pronto sin vida cuando tres hombre lo sorprendieron en el lugar. Mierda! No pensé que mis suposiciones serían tan aproximadas, me ponía en un grave aprieto, ellos eran tres y yo solo uno.

¿Qué estaba pensando? ¿No era la oportunidad esperada para acercarse a él? Si pretendía ser su héroe me debería una y así no quedarían expuestas mis verdaderas intensiones.

Tendría que agradecerle al cielo esa ayuda sentimental.

-“Que quieren…” - Oh! Su voz hizo sangrar mis oídos cruelmente, esta persona era tan despiadadamente perfecta que pensé estar escuchando la lira de cautelosos Ángeles. Ese hombre era el vicio que atacó a mi corazón sublime. Estaba comenzando a sudar en frío, gracias a Dios nadie logró percatarse de mi presencia aunque sentí que era momento de actuar, ambos estábamos en graves aprietos. –“Si me preemiten debo retirarme…” - las facciones de su rostro ni siquiera se mosquearon, pareciera que no tenía miedo de tal situación o seria que… ¿Estaba acostumbrado a ciertas situaciones incómodas?

Necesitaba muchísimas respuestas cuanto antes.

-“Mas vale portarte bien puta!” - Miung Soo con desenfreno se abalanzó sobre él tomándolo de sus finas hebras de negro color, un sentimiento me inundó por completo, odio. Odié tanto a esa persona que si solo pudiera con mis pensamientos ya estaría en el suelo, desangrándose y sin vida.

-“Que es lo que pretenden! ¿No pueden dejarme en paz?!”- Algo en mi interior se rompió. –“No me interesa lo que piensen pero no dejaré que pongan un solo dedo enc…”- La mancha oscura orlada en fuego de mi interior por fin erupcionó alocando las hormonas y llenándome de adrenalina, nada importaba mas que defenderlo aunque sabía de ante mano que sólo no podría con ellos, no lo dejarían pasar por el hecho de ser Jung Yunho. Jaejoong me observó llegar atónito y pude sentir el alivio resbalar por las ondas del aire.

-“¿Que es lo que sucede aquí Miung Soo? Nunca hubiera apostado a que te interesarías verdaderamente por las plantas como para quedarte horas extras en la institución.”- había arruinado sus planes, esa fue la mala presión que sentí escurrirse por mi espina dorsal. –“Kim Jaejoong, creo que seria mejor que se fuera” – vi como sus ojos se aguaron lentamente queriéndome decir que nunca nadie estuvo ahí cuando mas lo necesitaba, sus ojos me hablaron por infinitos segundos, las emociones en él parecían flotar y ciegas mirarse al sol que se escondía tras nubes borrosas en ese ostentoso invierno que nos acechaba.

-“No te metas en esto Yunho, él y yo tenemos asuntos que arreglar.”- sus manos apretaron mi elegante uniforme tratando de empujarme lejos del lugar pero inmediatamente habiendo analizado la situación con anticipación choqué mi frente en su cara partiéndolo todo a mi paso. –“Ahrg!! Hijo de perra!”- sujeté el cuerpo de Jaejoong que se encontraba en autismo momentáneo para protegerlo y colocarlo atrás de mi espalda. Divisé a los otros dos acercándose a mí con ligereza. Me preparé para lo peor.

-“Corre! Aléjate rápido!”- mi garganta quemaba con la mezcla de tensión y amargura, no sabía como explicarlo pero de alguna manera me sentía feliz y exaltado.

Era muy divertido.

Al virar los ojos lo observé escapar del lugar con miedo extremo, sinceramente pedí porque fuera por ayuda. Tomé con estrionismo una barra metálica situada al lado de algunas macetas y miré a los dos sujetos que se acercaron peligrosamente. Uno me tomó desprevenido lanzando un puñetazo a mi mandíbula, el gusto metálico se esparció inmediatamente haciéndome ver estrellas, mi cuerpo estaba caliente. En mente solo persistía una meta, derribarlos cueste lo que cueste. La barra estrelló contra un costado de un cuerpo mientras el otro sujeto me tomaba por detrás, con rapidez incrusté el codo en su estomago para que me soltara y pudiera pegarle en el cráneo. El cuerpo cayó inerte y me sentí genial.

En los macro segundos en que la contienda sucedía pude notar como Miung Soo me tomaba desprevenido cayendo ambos cuerpos al suelo, mi barra metálica salió despedida encontrándome solo con la protección de mis puños.

Netamente cegado por el odio logré incorporarme sobre él, estampé mis puños en su rostro como un animal, el pobre desgraciado se quejaba del dolor y pensé que saldría victorioso cuando sentí un espantoso escozor tras mi cabeza.

Mis pupilas llamearon antes de cerrarse y entonces todo se tornó oscuro y sombrío.




Cuando era niño Padre me enseñó a cómo debía comportarme con las mujeres una vez que encontrara a la indicada. Su sueño consistía en que mi compañera conyugal debía ser sutil, hermosa, refinada, una niña burguesa entrenada física y mentalmente para cuidar a los hijos que supuestamente tendríamos para mantener la herencia por muchos años. Padre amaba nuestro linaje.

En dicho tiempo, a mis cortos 13 años no pensaba correctamente, afirmaba con la cabeza ante sus sonrisas siguiendo los caminos que él indicaba, no sabía si por facilidad o simplemente por amar verlo sonreír al hablar del ejemplar hijo que tenía; jamás pude atreverme a contradecirlo en algo u ocacionarle disgustos, era la manera de agradecerle todo lo que hizo por mí. El autoestima, orgullo y confianza que heredé de él.

Los recuerdos comenzaron a tornarse borrosos cuando murió a causa de una enfermedad Terminal. Desde allí ya no fui el mismo. Madre sufrió incesante no obstante ella tenía que seguir con nuestras vidas, una mujer tan fuerte a la cual le debía todo también. Las promesas hechas quedaron enterradas a un lado de mí subconsciente, me hacían sentir mal hacia todo simplemente por el motivo de no poder cumplirlas.

Mi personalidad era algo complicada, nunca tuve una orientación certera hacia las cuestiones sexuales, las mujeres con las que he estado no satisfacían mis necesidades básicas y a mis veinte insípidos años todavía no pude experimentar un sentimiento supernatural con el cual siempre se referían al amor. Eso pensaba hasta que mis ojos se toparon con un extraño ser por el cual inmediatamente había comenzado a tener curiosidad, luego obsesión y hasta podría decirse que mi unilateralidad comenzó a tornarse con tintes amorosos. Kim Jaejoong me llamaba en sueños provocando sensaciones desconocidas aún sin haber entablado una relación casual en dos largos años.

Pondría ser que me hubiera convertido en un pobre loco de remate, acechado por la culpa de engañar la memoria de mi difunto padre.

Que diría si estuviera mirándome desde el cielo. ¿Le daría asco? Asco de que me haya fijado en alguien que a ojos de todos no es mas que un vulgar acostón de fin de semana.

La cabeza me daba vueltas de tanto martirizarme y sentí como el dolor afloraba nuevamente. ¿Qué era todo eso?

-“Te encuentras bien?”- a medida que mis pequeños ojos centellaron me encontré con dos pétalos de rosa muy conocidos hablándome a poca distancia. De inmediato al darme cuenta de sus facciones hasta llegar a sus ojos tuve pánico de pensar que él era real y no otra de mis alucinaciones. –“No trates de moverte, el medico dijo que no era nada grave pero que debes descansar, el secretario de mi padre se ha contactado con tu madre para que no se preocupe. Discúlpame, lo único que se me ocurrió cuando te vi tirado en el suelo fue traerte a mi casa…”- traté de mantener la atención en cada una de las palabras con las pupilas inmóviles clavadas en su rostro pálido.

-“Así que me dieron una paliza” – Saqué las ganas de reír de donde no las tenia simulando una mueca para evitar hacerlo sentir mal, parecía bastante preocupado por mi estado, eso me llenó de goce tratando de reapreciar mi vida en lo que antes hubiera visto en el universo.

Estaba tan podidamente feliz y perdido en su mirada de gacela.

-“¿Por que arriesgarte?” – su figura se deshizo de la posición que tanto me gustó, se encontraba sentado a un lado de mi inerte cuerpo pero de un momento a otro tomó distancia desp0reocupado, la mirada superada volvió a aparecer en sus ojos.

Este chico cambió de un momento a otro.

-“¿Por qué eres así?” – eliminé los azules cobertores de mi anatomía encontrándome con el maltrecho uniforme, me erguí ignorando la pequeña punzadas en la cabeza para enfrentar a su ser que me observaba inmutable. –“¿Qué hubieras hecho si no llegaba? Comprende que Miung Soo es peligroso. Ese hijo de perra te hubiera violado un millón de veces si no aparecía!”- la bestia renació en mis ojos, él me miró asustado pero no en extremo, nadie conocía ese lado mío, purgando por salir y comérselo vivo.

Esa bestia era peligrosa, era conciente de ello.

Agachó la cabeza y pensé que su ira sería liberada; no llegó, sólo se dio vuelta dispuesto a salir por la puerta dejándome embravecido por el fantasma de mi oculta vulnerabilidad, mi obsesión por él.

-“Contesta! Que es lo que sucede contigo! Por qué permites que todos hablen así de ti!” – lo detuve aproximándolo voraz sobre la pared apresando su total anatomía contra ésta. Mis ojos escupían fuego, mis palabras se fundían y formaban metales sobre su expresión estupefacta. –“No dices nada! No agradeces! ¿Qué mierda ocurre contigo?!”- Espeté furioso.

-“Déjame en paz!”- reaccionó –“No me interesa lo que digan, no me importa lo que piensen, no me gustan las personas!” – ambos ejercíamos demasiada fuerza, él por liberarse de mi agarre y yo por tenerlo mas tiempo cerca mío, necesitaba la proximidad, estaba volviéndome loco!.

-“¿No te gustan las personas? Por eso te acuestas con medio mundo!?” – rabia! Sentía tanta rabia que podía estrujar su cuerpo en mis manos hasta que no quedase ningún hueso sano. La respiración saliendo de su boca en forma de suspiró chocando libre en mis facciones, sus ojos demostraban que también estaba furioso, allí supe lo que era la tranquilidad. El por fin reaccionó a mis palabras! El estaba enojado conmigo por decir lo que dije. Yo era feliz por verlo.

Mordaz supo como liberar una de sus manos y estrellarla en mi maltrecha mandíbula ocasionando un dulce dolor que cegó mi libido, no pude mas que hundir mis callosas manos en sus cabellos azabaches para con fuerza estampar nuestros labios con locura. La presión fue tal que el dolor pugnó desde mi estomago, tan agresivo que en parte era su culpa.

Me moví ligero de lado a lado penetrando con la lengua su cavidad, él parecía no caer en lo sucedido ya que seguía resistiéndose tenazmente. Sus huesudas palmas estallaban haciéndome eco en el pecho y yo no podía sino aligerar las cosas, era tan dulce y adictivo que mi mente fabulaba estupideces sin sentidos principiantes de una constante sumisa y alborotadora. Una bola de fuego yergó desde la punta de los pies hasta la curvatura de mi nariz, los oídos zumbaban y en mi estómago parecieron revolotear un sinnúmero de insectos, bichos y hasta animales.

Todo era indescriptible.

El cansancio pareció disminuir su fuerza pudiendo notar como su lengua y la mía jugaban peligrosamente, él no se daba cuenta de que estaba muriendo por dentro, seria muy malo que se enterase del poder que ejercía en mí.

Podría destruirme en un abrir y cerrar de ojos.

Ambas manos cayeron a los costados viéndome obligado a soltar sus cabellos, me separe solo centímetros para admirar la manera en que sus ojos permanecían fuertemente cerrados, el ardor en sus mejilla denotaba vergüenza. La sensación era extremadamente enloquecedora a pesar de que me pareció estar corrompiendo algo que nunca nadie probó, Jaejoong no sabía como besarme y eso me asustó.

Volví a mi deber atrapando sus labios, esta vez no se resistió, suspiré en el profundo beso que me llenó el alma; las manos vagaron tiernamente por las mejillas hinchadas en sonrojo para trazar un camino de esperanza en la piel que ya había formado un oráculo en mi memoria.

-“Déjame…”- escuché quedito salir, él trató de apartarme siendo en vano la acción, me aferré más haciendo que entre nuestros cuerpos no hubiera distancia mínima que los separase. Era mi oportunidad, lo que realmente esperé desde el momento en que lo vi y no me importaría que después ya no quisiera hablarme, trazaría mi marca en su cuerpo.

Se tensó en el momento en que con brusquedad alejé su cuerpo de la pared para caer ambos sobre la suavidad del cobertor perfumado, la delicadeza se difuminó en un punto siendo ahora mi mente presa de la locura. Estaba ciego y no escucharía ninguna palabra proveniente de sus labios.

-“Q-que haces! Por favor… de-dejame”- alejé nuestros rostros para contemplar el miedo en su mirada, pero ¿Podría culparme? Fue él quien ocasionó esto en mí interior, tenía absolutamente toda la culpa de que mis manos quisieran descuartizar su cuerpo con premura, sacarle los ojos y estigmar en su abdomen. El había creado al psicópata formado en mí interior en el momento en que lo vio por primera vez. –“No!! Basta!!”- mis manos apresaban las suyas alimentándose de su dolor con grandeza aspirando a romperlo en mil pedazos sin culpa o remordimiento; rápidamente con mis labios recorrí la porcelana en su cuello para absorber lo existente allí, todas las marcas que dejaría serían la prueba de mí acción.

-“Yo…te necesito…”- sus movimientos se detuvieron al escucharme, esos ojos de servatillo despotricado recorrieron los míos buscando una respuesta a las palabras, el miedo que se había incrementado en su interior parecía reducirse a escasos gramos. ¿Qué era lo que significaba su manera de actuar? Yo estaba absolutamente descolocado.-“Déjame acariciarte, quiero beber de tus labios y enterrarme en tu piel. Yo te necesito hace mucho tiempo Jaejoong.”- no dando tiempo ataqué sus labios penetrándolo una y otra vez con la lengua, llegué profundo sintiendo tocar su garganta tan fuerte que le impedía hasta respirar.

Ambos cuerpos peleando recelosamente, él por liberarse yo por encadenarlo.

Mi sexo duro como una roca no me sorprendió hasta corroborar el dolor enloquecedor que me ajusticiaba en la parte baja, este niño no sabía la magnitud de lo que le provocaba a mi cuerpo. Yo estaba tan excitado que hasta me costaba sacar el oxígeno de mis pulmones.

-“No!! Ya basta por favor!!”- gritó mientras bajaba los pantalones acariciando con lascivia sus muslos, se mordió los labios conteniendo la vergüenza, obligando a sus parpados a cerrarse con agresión. Nada en el mundo me pareció antes de él tan adorable, yo quería probar todo. Necesitaba acortar nuestra distancia y unir ambas pieles por mas que lo realizara a la fuerza.

El sonido sordo de mis pantalones bajar en medio de nuestras respiraciones agitadas febrilmente. El calor inundando cada átomo de aire y el pánico acosando a mí víctima. El pareció caer en que no estaba bromeando.

Iba a ser ultrajado. Yo me convertiría en un criminal despiadado.

-“Shhh… tranquilo…”- dejé escapar sobre sus oídos sulfurados, pareció entender porque no movió ni un solo músculo, su cuerpo solo se limitaba a temblar mientras una mano acariciaba mi miembro sobre su estomago. Estaba siendo descarado, tan sucio, el placer que sentí con solo tenerlo bajo mi cuerpo era infinito. Los fluidos casi escapaban con la sola imaginación; su respiración falló pudiendo contemplar como las lagrimas huían despavoridas de sus rojos ojos, esas pupilas se encontraron con las mías hasta permanecer mirándonos por largos minutos.

Las sensaciones me trastornaban aunque parecía que él entendía mis acciones, como si por dentro me estuviera dando vía libre a que abusara de él.

Respiré en su rostro antes de lamerle los labios, no se quejó permaneciendo en silencio. El alocado palpitar me informaba la peligrosidad del clima, sabía que era absurdo pero no me detendría. La calentura de ambas bocas se fusionaron en un contacto intimidante, lo besé como si el mundo se terminara en esa cavidad de ámbar y caramelo, le penetre con la lengua como si el mundo mañana se esterase de mis pecaminosas acciones. Dejé escapar sus muñeca de mi mano y él no se inmuto, al contrario se prestó a mi manoseo, a que recorriera su piel con mis manos llenas de espinas viscerales.

Me detuve un momento para analizarlo expectante, labios rojos, su aura gimiendo blandamente en desesperación con ese rojo que era el carmín de los pétalos que se veían a través de las perlas.

Yo los acababa de besar pudiendo morir feliz ahora.

Me deslicé hasta llegar con los dedos a sus muslos perfectamente proporcionados, gimió en la vagabundez de la inocencia pero pretendí no azorarme. Las lagrimas surcaron en caudales amenazándome con no detenerse con su rostro volteando a un lado ocultando la humillación en las cantábricas peñas que rompió con el esquema de mi memoria corroída.

El calor saturó mis pensamientos y sin detenerme me incliné para irrumpir en su boca con los labios, beber el aliento mientras dos de mis dedos corrompían el pasaje que nublaba mí mente e incrementaba mí agonía.

-“Ahh!! No!! Arghh!”- y allí fue cuando un temblor que jamás había conocido me aflojó las piernas acosándome frente a la ardiente visión del sueño; un resplandor me cegó el iris, sabía que la razón perdida volvió en forma de cacheta porque comprendí un poco más de él. Ahí fue cuando reaccioné ante la gravedad de todo lo que provocaron mis manos.

Alejé mis horribles dedos de su virginal pasaje tratando de volver a los sentidos para mirar la manera en que la bestia dentro mío casi quebró al frágil ser sobre la cama.

La vista de arrepentimiento miró su cuerpo tembloroso al igual que el mío; lloraba con desenfreno, gimoteaba como un bebé al que le hirieron el orgullo y se retorcía con languidez.

Que diablos había hecho.

Tratando de salir de ese estado repulsivo mientras me bestia apaciguando las arcadas en el vientre subí delicadamente sus pantalones color limón, abrochándolos en silencio para después acomodarle la blusa algo levantada y maltrecha a causa de mi agresividad antes impuesta; él respiraba cada vez mas rápido pero no podía mirarme. Estaba muy asustado.

Yo casi había manchado su inocencia.

-“Shhh… Perdóname… lo siento…”- a mis oídos no llegaban ni reclamos ni quejidos y eso me hacía sentir aún peor. No me diferenciaba en nada de Miung Soo, incluso llegué a creer que era más repurgarte. Lo incorporé acomodándolo sobre mi tibio pecho cubriéndole su cuerpo con el acolchado a medida que mi alma ambicionaba con el paraíso y el perdón deslizándose por sus cabellos lisos, tratando con el alma de acallar su llanto y sufrimiento.

-“Los odio a todos! Tú eres igual, yo también te odio!”- sus puños golpeando sin fuerza mi cuerpo, la ira corriendo libremente en esas palabras espetadas con tanto resentimiento. El por fin estaba liberando lo que aprisionaba su cansado corazón que suplicaba con el armonioso ritmo indócil. –“Ve y cuéntale a todos. Diles que me acosté contigo como la vulgar puta que soy!”- tenía tantas ganas de llorar como él.

-“Mírame…”- hice que mirara mis ojos, los segundos se congelaron ante nuestras visiones. El me observó sin dejar de llorar demostrándome así la inseguridad en su esencia. –“No soy como ellos, no quiero lastimarte.”- mis pulgares con lentitud fueron removiendo la perlas salinas y fugitivas color cielo mientras él no quitaba la mirada de mis orbes. La habitación sentenció cada sonido menos el palpitar de nuestros corazones y el gimoteo fatal de su ser.-“Estoy enamorado de ti…” –

No pareció sufrir cambios subnormales no obstante noté un leve sonrojo en sus mejillas, más no pude sino acariciarle los labios con los míos en un contacto tan efímero como las emociones que contorsionaron las ondas del espacio y de mi brutal enamoramiento. Nuestras lenguas jugaron cohibidas cundo sus ojos se cerraron y dio paso para adentrarme en sus abismales rincones.

Que dulce volvía a ser la vida. Mí corazón suspiró airoso.

Me separé lentamente sufriendo por la lejanía impuesta, le sonreí pero no respondió, permanecía perdido en la vergüenza todavía y eso me llenó de encantamiento. Yo estaba muy jodido, ese chico pudo moverme el mundo de tal modo que asustaba.

Respiré el aroma de sus cabello antes de incorporarme para alejarme hacia la puerta.

-“Voy a protegerte…”-

Detalles de lo ocurrido se revolearon en mí mente de ensueño, me sentí acalorado, enojado, frustrado, arrepentido y feliz al mismo tiempo. Desde el momento en que descubrí que todo lo dicho sobre él no eran más que harapientas mentiras supe que el cielo me dio la oportunidad de tenerlo, cuidarlo y amarlo.

Yo no podría dejar todo como estaba, los malditos que dañaron por tanto tiempo a ese malvón que mostró su fragilidad ante mí deberían pagar las consecuencias con creces.

-“Desde mañana las cosas cambiarán…”- su icónica expresión se perdió tras la puerta, debía alejarme para analizar la situación. Tantos sentimientos fueron puestos a flote derivando mis esquemas. Resultó ser que yo vivía una mentira y Jaejoong una pesadilla.

Las cosas iban a cambiar. Me encargaría de ello.




Así fue como transcurrieron las horas luego de llegar a casa haciéndose un nuevo día de obligaciones estudiantiles. Simplemente no conseguí pegar ojo tratando de descansar, la situación en sí me superó con sorna.

El encuentro que tuve con el señor Kim al salir de aquella habitación me llenó de escalofríos que escoltaban aun mí mente, dejó claro que Jaejoong jamás había llevado a algún ser vivo a su Hogar, así como también había descubierto que puse en peligro mi vida por su preciado hijo.

Eso calmó un poco el terror.

En los labios seguía el gusto a café con hierbas que una de sus empleadas me ofreció mientras era analizado de manera mafiosa, nunca experimenté el miedo que ese hombre viejo ocasionó en mi vida.

Por esos minutos me había convertido en un gallina.

Gracias a Dios sólo quería agradecerme hablándome un poco del Kim menor. Me sorprendió saber que las intensiones que verdaderamente ocultaba era el de pedir ayuda, saber cual era la vida de Jaejoong dentro de la universidad mientras que una persona de confianza se mantuviera en su diámetro de movilidad. Me sentí aliviado de que hubiera confiado en mí sin conocerme. El miedo que al comienzo experimenté había mutado inmediatamente en simpatía.

Y fue así que sus palabras me descolocaron.

Dijo que su hijo poseía una extraña personalidad. No hablaba con nadie, ni siquiera con él. Era perfecto, tenía las mejores calificaciones, no presentaba ningún problema y además de hermoso era infinitamente amable; esas eran sin embargo sus preocupaciones, Jaejoong parecía ignorar por completo la vida desde que su Madre los hubiera abandonado.

Yo entendí muchas cosas luego de la charla.

Me dispuse a entrar por la reja principal ignorando el hecho de que había llegado veinte minutos tarde. El portero me reconoció e hizo que entrara sin que nadie se diera cuenta. ¿Podría decirse que era un día de suerte? Claro, mi asistencia intachable aún tenía chances de salvarse. Me apresuré a inglesar al aula saludando al profesor que contestó indiferente cayendo rápido en cuenta del lugar vacío en el fondo. El maldito de Miug Soo no estaba presente para recibir mis puños.

Una verdadera lastima, mi día no presentó nada nuevo.

Pretendí escuchar cada una de las clases. Hablando de los pigmentos peculiares en algunas especies. Raras plantas bipolares que habían aparecido en los últimos años llamando la atención de los mas experimentados en la ciencia y por supuesto, sobre las fechas en que se anunciarían los mejores promedios.

Me encontré relajado y sin pretensiones absolutas, aún permanecía en segundo lugar de notas Nacionales de Científicos en la universidad pero no me extralimitaba. Era mí manera de ser.

Ahora mas que nunca tenía ganas de que Jaejoong siguiera liderando el ranking, definitivamente se lo merecía.

¿Podré verlo hoy? Traté de contestar esa pregunta a medida que contaba con mis dedos los segundos transcurridos antes del ultimo y mas largo descanso, conllevaba el presentimiento de que me encontraría con sus ojos, justo cuando debería comenzar a actuar.

-“Yunho”.- escuché a mis espaldas prudente, era uno de mis amigos a los cuales había abandonado hace un par de semanas en aquella fiesta distinguida, trató de llamar mí atención. –“Que sucedió exactamente ayer. Cuéntame por qué todos están murmurando que trataste de meterte con el grupo de Miung Soo. ¿Estás loco? Nunca te interesó formar pleitos.” – pudiendo hacer que funcione mí imaginación traté de asimilar la oleada de preguntas y contestarlas ordenadamente.

-“Primero que nada no es sitio para hablar del tema.”- me enervó hasta la exasperación sentirme monitoreado por la mitad de la clase, eran tan entrometidos que eso limitó mis sentidos sobre los despojos del mundo. –“Y segundo, todo a su debido tiempo.” – Retomé la atención en el maestro dejando al chico con dudas e inseguridades. No me importaba retrasar un poco los tramites siendo que, después de hoy, todos seguirían hablando de mí.

Les daría todas las razones necesarias para hablar de mí.

Cuando por fin pude salir del aula me apresuré a llegar al sitio donde supuestamente, según mi cronograma detectivesco, debía estar él, la mariposa de mí jardín, el tallo de mí flor, los colores de mí fotografía, esa linda extraña criatura amada que en sólo un día había hecho de mí el mas estupido bohemio enamorado.

Acabo con todo lo serio de mi persona! A sus ojos no era mas que un pordiosero.

Pero qué importaba eso si pude conocer sus pétalos, el universo entero me pareció insignificante luego de ver esas lagrimas llamear en la estreches de sus ojos.

Miles de miradas se detuvieron en mi persona al verme llegar, algunos dejaron de comer, otros tantos comenzando a murmurar y todavía ni rastros del asqueroso Park. Tendría que acudir mas tarde a algunos contactos Madre, ese chico necesitaba una lección por mis moretones, cortes y el dolor tras la nuca, había hecho un pequeño agujero en mí cabeza así que debía morir. El se merecía la muerte también por jalar los cabellos de mí pelinegra fantasía.

Saliendo del ensimismamiento allí lo vi obsecuente sin percatarse de mi presencia comiendo sus vegetales, que bonito estaba. ¿Sería pretencioso pensar que peinó mas maravillosamente su azabache melena vistiendo esa chaqueta color uva con tachuelas plateadas sobre del uniforme solo para mí? Soñar era gratis y me gustó el pensamiento. Detuve el paso justo frente la mesa cuando él al levantar la mirada me observó estupefacto. Sentí una mezcla entre vergüenza y tragedia corriendo veloz por su delicado cuerpo.

Esa reacción no estaba en los planes, eso sólo mejoró mi humor traslucido.

-“Aunque tú no pienses lo mismo… - sus labios se entreabrieron respirando agitado a medida que pude verlo temblar. – “Lo que sucedió ayer fue hermoso para mí…” – Se sonrojó de inmediato ocultando el calor de los recuerdos tras su mirada al agacharse. Traté de hablar en un tono audible, todos en el lugar no salían de su estado de locura. Juré haber escuchado algún que otro llanto de niña loca por lo bajo, más sólo importó contemplar las bellas y graciosas reacciones que Jaejoong experimentaba. ¿Eso quería decir que había aceptado mí confesión? Jung Yunho sinónimo de jodidamente afortunado. –“Solo quiero pedirte perdón por dejarme guiar por la corriente de mentiras. – Todos agudizaron la atención en la escena que monté, él pretendió no perder detalle de mis palabras, tan sorprendido como yo enamorado de su expresión inocente.

Con velocidad tomé una de sus blancas manos dejando caer el cubierto en soledad como mártir, se asustó en demasía dejándome continuar. Así como el viento no puede tocarse mientras las horas suenan carentes de personalidad sentí que el contacto me inmortalizó sin eufemismos concientes en un lazo que nos acompañaría de por vida.

Me creí dueño del mundo cuando mis labios tocaron la tersa piel que destiló un aroma floral depositando un casto beso, mientras lo miraba él se sonrojó aún más pero no me rechazó, sus ojos quisieron decir algo que no pude descifrar. Yo lo secuestraría para que saldara mis dudas.

-“¿Yunho? No me lo creo!”.- no se hicieron esperar los reclamos que por cierto, no importaban en lo mas mínimo.

-“Lo increíble es apreciar la cantidad de mentirosos aquí dentro.”- noté la incomodidad de varias personas atascadas en el nudo de mí garganta atosigada, no podía matarlos ahí ya que fuera lo que fuera iría a la cárcel, no me deshonraría de esa manera aunque por Kim Jaejoong valiera la pena.-“Qué sucede Hee Ran ¿Te sientes incómodo por algo? Maldito hijo de puta!.- a medida que transcurría el tiempo me controlaba pensando con imparcialidad o buscando qué respuestas serían más efectivas, sin embargo, luego de que a mí cerebro volvieran algunas de las palabras que ese sujeto andaba diciendo tiempo atrás la escasa paciencia salió volando por la ventana, la razón se fue hacia unas prolongadas vacaciones alejadas, por lo menos, de mi subconsciente.

-“No sé de qué hablas… “- el solo hecho de estar mirándolo lo incomodó. Era un pipiolo asustado.

-“Claro que lo sabes, tú y todos los demás que andan hablando de Jaejoong son unos infames!” – Volteé hacia Jaejoong comprendiendo que la situación no era de su agrado. No tendría por qué armar tales escándalos aunque al principio me hubiera parecido divertido. Mis planes debían cambiar por más que pesase.-“Escúchame, lo diré sólo una vez” – La atmósfera era insoportable, los presentes no cabían en mis acciones. Pensar que Jung Yunho estuviera actuando de esa manera por la persona detrás era morboso. –“A partir de ahora si alguien quiere profanar la reputación de Kim Jaejoong con blasfemia, que lo haga, no obstante que también tenga en cuenta que Jung Yunho inmediatamente se convertirá en su enemigo.”- dicho esto, sin esperar a las reacciones que no tardarían en surgir, me apresuré a tomar de la mano a Jaejoong para huir del bullicio.

El no se rehusó, pareció entender que no tenía otra alternativa.

Su rostro se torno iluminado y recé porque yo fuera culpable de ello. Acaricié con mis dedos el revés de su palma a medida que caminábamos silenciosos por el césped alejado de la universidad, las lejanías pertenecían al predio, los estudiantes lo utilizábamos cuando teníamos horas libres o sencillamente cuando el cansancio colapsaba. El viento chocando en nuestros rostros era muy frío, supuse que le molestaría no obstante al girar la mirada me encontré con su tez pensativa.

Seguro también se estaría preguntando cual era la extraña y bella cercanía que nos unía. Estaba asombrado con sus reacciones pero no quitaba que me hicieran inmensamente feliz.

-“¿Quieres descansar un poco?”- Pregunté cuando algunos árboles nos sorprendieron. Me regaló una indescifrable mueca con los labios que me dejó paralizado. Nos sentamos contra el rígido tronco cuando un estruendo de viveza me apresuró a recostar la cabeza sobre sus piernas, él suspiró.

-“Se supone que yo descansaría, no tú…”- achicó los ojos acaramelados mirándome con desaprobación.

-“Con gusto puedo recibirte en mis piernas…”- reí ante el pensamiento, no sabiendo formular respuesta cerró sus ojos y con pesadumbres apoyó su cabeza en el árbol, parecía tan cansado. Yo quería reconfortarlo de algún modo.

-“Que fue todo eso…”- dijo vacilante asustándome.-“No entiendo qué es lo que buscas en una persona como yo. No tengo nada interesante... “-

-“Desde el día en qué ingresaste aquí”- Lo interrumpí. -“mis ojos te siguieron inmediatamente a donde sea que fueras, claro que sin que nadie se diera cuenta. Cuando los rumores comenzaron me sentí furioso de pensar que esos asquerosos cuerpos estuvieron sobre ti, tenía la ilusión de tenerte solo para mí. Odié, aborrecí tu existencia aunque luego me viera obligado a descartar todo tipo de resentimiento. Tu belleza bramó en mí conquista, dentro lo único que creció fue la obsesión por ese niño extraño que no tenía contacto con nadie y se estregaba a cualquiera.”- hice una pausa, mis ojos se mantenían cerrados aguantando las angustiantes emociones que me colapsaron.-“Preguntas ¿Qué es lo que busco? Ahora con la verdad revelada no puedo más que pretender encontrar una manera de monopolizarte, tenerte para mí y que nadie mas pueda alcanzarte. Ayer entendí muchas cosas, que ambos estamos locos, que quiero acercarme, cuidarte y enamorarte. ¿Alguna vez me dirás quién fue el culpable de toda la habladuría?.”-

Terminé mis palabras con un suspiro de liberación acompañado con el cantar de la naturaleza en los oídos, la brisa helada nuevamente azotandome descarada el cuerpo antes de poder sentir un calido ardor posarse en mis labios. No me sobresalté para contener la alegría de saber que con la ayuda de sus labios sobre los míos, estaba aceptando mis sentimientos.

-“El beso significa que aceptas mis sentimientos o que evades la pregunta...”- pedí permiso con mis manos, comencé a acariciar sus mejillas del color del hielo, él ya no se sonrojaba y eso me desanimó.

-“Ambas cosas.”- mi cuerpo se incorporó sin que nuestros ojos perdieran contacto, me deslicé desde sus mejillas hasta sus cabellos, acerqué mi boca a la suya sin un soplo de disculpa, Jaejoong cerró los parpados esperándome haciéndome morir entre el dulzor de su boca y calor de su cuerpo. La magia nos envolvió recurriendo al velo del potente sol que aún entre nubes le sonrió a nuestro segundo encuentro que sin dudas, se grabaría con espinas en nuestra memoria.

Mi lengua reclamando los labios lamiéndolos antes de cohibir en la calidez adyacente de su cavidad, esos suspiros por su parte me querían transmitir el estado de satisfacción que aunque siendo un inexperto como sabía, lo estaba disfrutando del mismo modo. Sin preámbulos comí la roja almohada de en medio que impactada no supo como moverse, más sin embargo le guié con maestría, su lengua me pareció mas deliciosa que cualquier frutilla que hubiera probado.

Entre beso y beso el descanso terminó. Yo había conseguido dejar en ridículo a unos cuantos y el permiso de Jaejoong para enamorarlo con caricias que me supieron a gloria. Lo había previsto en un principio, era un día de suerte.






Desde luego no esperaba que todos lo asimilaran en un comienzo sabiendo que la envidia de las mujeres y hombres tanto hacia Jaejoong como a mí no se extinguiría con rapidez. Lástima, si ellos querían seguir interactuando conmigo debían respetar a mi ahora prioridad máxima, ese Pelinegro precioso de grandes ojos. Habían pasado varias semanas y nada cambió en absoluto, él seguía con sus inexpresivos sentimientos.

Lo buscaba, él accedía, le besaba, él respondía, yo le preguntaba acerca de sus sentimientos y él desaparecía. ¿Alguna vez pensé convertirme en esto? No. Pero si podía tenerlo todos los días a mí lado era solo un detalle.

Como siempre gracias a mis grandes cualidades deductivas estaba tratando de encontrar una manera más de allegarle. Mi cerebro formuló una teoría sobre las reacciones que compartía conmigo siendo conciente de que el chico nunca había tenido acercamiento amoroso con terceros. Mi nene era tan adorable. Yo pretendía acrecentar, aunque sea un poco, el tiempo que los dos compartíamos.

Bajé las escaleras aún dormido ocasionando un leve tropezón al final que casi me quiebra el cuello, Madre observaba algo icónica con su potente taza de café en mano. Había olvidado estúpidamente que hoy no trabajaba así que antes de que pudiera huir debía sobrepasar su interrogatorio.

Estaba jodido.

-“Y dime. Qué es lo que sucede últimamente?”.- el ruido de su taza golpear delicadamente al vidrio aconsejó tomar asiento junto a ella. Bostecé rascando mis desordenados cabellos mientras Betty servía mí desayuno. Oh! El delicioso aroma a tostadas en la mañana junto al rostro de mí presiono nene era la segunda cosa más bonita del día.-“Llegas a casa con la cabeza agujereada, Betty me informa que pasas horas encerrado en tu cuarto, de repente te siento tan alejado y como si fuera poco recurres a conocidos para saldar asuntos de pandillero roñoso. Quiero explicaciones Yunho.”- un quejido en mi boca irrumpió en su semblante. Debía de pensar que estaba volviéndome un rebelde.

Eso jamás! Yo solo estaba enamorado!

-“Buenos días Madre.”- alargué el cuello para besarle la mejilla, su rostro palideció.-“No es nada grave. Solo estoy enamorado. Es una persona delicada que requiere la totalidad de mis pensamientos. No me convertiré en un rebelde si es lo que le preocupa, sin embargo debo decirle que ya usted no es la única persona importante en mi vida.”- mastiqué la tostada con mermelada de frambuesa que suavizó las palabras.

-“Yo no puedo creerte. ¿Enamorado?.”- los grandes ojos negros de Madre se perdieron con los míos en la sorpresa, la había tomado desprevenida. La curvatura en su boca mostraba la presunta alegría de saber que su hijo había encontrado finalmente a la mujer indicada. ¿Sufriría si le dijese ahora que no era mujer? Debía pensarlo muy bien antes de hablar.

-“Oficialmente me he convertido en un loco de remate, puede estar contenta, yo he encontrado a la persona indicada”.- tomé sus manos en las mías porque de repente pareció que vería correr las lágrimas de sus lindos ojos.

-“Quién es, debes contármelo todo.”- un brillo especial llegó entre medio de sus palabras.

Mis piernas reaccionaron solas acercándose a ella abrasándola por detrás, susurré en sus oídos un leve “Te quiero” para apresurarme a vestirme. Sentí la mirada seguirme hasta que mí anatomía se perdiera por las escaleras.

Rápidamente me encontré en la ducha rasgándome el cuerpo con la esponja impregnada del aloe de lavanda que me perfumaría por completo. Quería oler mejor que nunca.

Unos jeans grises ajustaron mis tornadas piernas, el espejo devolvía una imagen muy conmovedora de mí mismo lo que hizo apreciarme tan solo un poco más. ¿Jaejoong también me encontraría atractivo? Adoraría saber si sentía deseos de tocar mí cuerpo tanto como yo estaba deseoso y desesperado por el suyo. No existía noche en la que mis manos no le brindasen carisias descaradas a la parte baja con su rostro jadeante en mí mente.

Yo me volvía loco de solo pensarlo.

Su boca lamiéndome los dedos, mí lengua besando su lindo pene que chorrearía con sólo el contacto diminuto en mi boca caliente. Pensar que tal vez el se prestaría a varias de mis fantasías con el tiempo, sentirme orgulloso de que sus besos avasallantes pidieran porque me enterrara más profundo entre sus nalgas.

Me calentaba con sólo susurrar su nombre en el aire.

El suéter negro que Madre había comprado de esa tienda italiana que tanto le gustó fue cubierto por una chaqueta negra de cuero muy prepotente, me hacía lucir chulo e intimidante. Estaba satisfecho. El perfume roció todo antes de colocar en el dedo anular el anillo de mi Padre, el que siempre me acompañaba donde quiera que fuera.

Mí amuleto mas preciado.

Asustado por tardar mas que una niña saqué como rayo mí motocicleta del garaje para encender el motor refulgente hasta partir a destino. Como el día era helado bien podría llevar el automóvil, no me importó. Yo era demasiado Cool.

El casco protegió mis ojos que a causa de la velocidad, estarían ya muy comprometidos, el invierno estaba castigando bastante queriendo arruinarme los planes, sin embargo seguía confiando en mí poder de convencimiento. El no sería la excepción. Cuando estuve frente de su casa tomé el celular marcando un número de inmediato.

-“Diga”.- Su voz se escuchó algo extraña ¿Sería posible que mi nene estuviera enfermo? Se veía muy mal, las expectativas querían derrumbarse en frente de la deslumbrante posibilidad de asimilación.

-“Mira por la ventana bebé.”- no contestó pero de repente pude ver como las cortinas blancas de su habitación se abrían para mostrar su delicado cuerpito de colibrí. Yo estaba tan emocionado de verlo que mi pecho pareció crecer de alegría.

-“¿Vienes a buscarme?”.- noté que su semblante cambió para mostrarme una sonrisa desde lo lejos.-“Pero no me siento nada bien hoy, seguro es gripe.”- justificó.

-“Solo serán unas horas, te enfermarás peor estando sólo en casa.”- supliqué mientras rezaba porque accediera a mis adulaciones.

-“Espera un momento.”- Colgó metiéndose dentro cerrando nuevamente las cortinas.

Rayos! Tuvo cero consideraciones con mí cuerpo que se congelaba lentamente, para colmo eran las diez de la mañana y ni rastros del sol, el día permanecía nublado como lo estuvo la vida antes de conocer a Jaejoong. Vaho escapando de mis labios para calentarme las manos, fui un idiota al no ponerme guantes que calmaran el estupor, vaya día de mierda que escogí para sacarlo a pasear.

Las maldiciones se extinguieron cuando le vi atravesar las rejas para cercarse. Lo hacía en cámara lenta permitiéndole a mí retina inspeccionarlo minuciosamente.

Pantalones blancos de gabardina fina, suéter salmón algo holgado que no apretaba para nada su estrecha cintura que ya conocía de memoria por la impresión del error semanas atrás; él caminaba tan bien con esas botas altas haciéndose pasar por una diva sin darse cuenta. La impactante chaqueta blanca que empalideció mas su rostro me cegó inesperadamente. Estaba seguro que algo dentro de mí murió. Ese individuo dotado con la grandeza de la belleza terrenal no hacía más que darme sublimes disgustos en forma de fogonazos.

Viéndome recostado en la enorme motocicleta levantó una ceja, seguro por su mente cruzó la idea de que estaba loco, no se equivocaba pero era su culpa. Lo atraje por la cintura contra mí cuerpo besándolo pausado a medida que nuestras lenguas se enroscaban una a la otra, increíble lo que mejoró desde el primer contacto, le entrenaba inconcientemente para seducirme con el más mínimo movimiento. Una pequeña cosquilla acosó mi vientre cuando un inaudible jadeo escapó de su boca mientras nos besábamos como locos enamorados.

¿Era mi imaginación o estaba más animado que de costumbre?

-“Te ves tan bonito hoy, suerte que nadie transite por las calles de lo contrario te obligaría a cambiar tu ropa. No quiero miradas posándose en ti.”- picoteé la sonrosada mejilla enroscándolo en mis brazos.

Estábamos despreocupados y la ventisca helada ya no me afectaba.

Sin contestar enterró la nariz en el hueco de mi cuello, esas acciones de su parte hacían creer que sentía lo mismo aunque sus palabras fueran escasas hasta el momento. Preferiría pensarlo antes de que estuviera jugando conmigo, eso era peligroso. Si él fuera malvado pidiendo que apretara el gatillo sobre mí cien yo lo haría sin mosquear.

Así de loco por él me encontraba.

-“Tienes temperatura.”- Su cuerpo parecía más caliente de lo normal. Dijo que no importaba. Sentí las ganas que tenía de escapar junto a mí así que no di importancia.

Nos encaminamos por la carretera al sitio que quería que conociera, la velocidad no disminuía acrecentando las oleadas de perseverante adrenalina en cada vena. El estrangulador agarre en mi estomago de su parte demostró que jamás había montado un vehículo tan veloz. Aceleré aún más incrementando la velocidad considerablemente hasta que visualicé la costa de la playa que estaba desierta. Sonreí llamándole la atención, él traía los ojos cerrados como cáscara de nuez.

-“Ya puedes abrir los ojos.”- siguió mi orden para encontrarse con el paisaje de la playa, las olas mas fuertes que nunca y el olor a moluscos que llegaba desde esa distancia. El solo contemplar su perplejidad ante el cuadro me atizó. -“Ya! Regresa aquí!”.- no pude más que gritar cuando me percaté de que tiró el casco en la arena para salir corriendo como demente, ni siquiera le importó ensuciar sus costosas botas blancas con el arena húmeda. Cierto, me había olvidado que todavía era un bebé de diecinueve años, mí bebé.

Procurando seguirle los pasos a corta distancia le observé girando entre la arena sin llegar a la orilla, me dispuse solo a verlo sonreír a medida que el viento hacía volar sus cabellos negros que le golpeaban el rostro, el perfume a rosas llegó a mis fosas nasales acariciándome, su aroma era mas fuerte que el del mar. Me senté en el arena sin pensarlo cuando comenzó a alejarse dejándome sólo y llegando a la conclusión de que no le importaba para nada mí presencia.

Pero se veía tan feliz saltando y buscando caracolas que no di importancia a mis pensamientos.

Sabía que él nunca salía de casa.

Mis ojos lo siguieron de nuevo cuando volteó para dedicarme una sonrisa hasta agitar desenfrenado las manos y saludar regalándome la mayor de las emociones.

El primer día me pregunté ¿Esta relación llegaría a algún sitio siendo sólo yo el enamorado? Me equivoqué, él también empezó a comprender que lo que yo le producía recibía el nombre del Amor. Apostaba por ello.

Observé su figura acercarse, nuestras miradas no se perdían la una de la otra cuando él hizo algo que no esperaba. Seguí sus movimientos cuando posesionó cada pierna a un lado de las mías, se sentó en mi regazo suavemente enrollando sus brazos en mí nuca para esconder la cara en mí cuello. Los latidos del corazón aceleraron estrepitosamente.

-“Gracias”.- recibí sus palabras con alegría. Mis manos frotándose en su espalda.-“Me gustas Yunho”.- ya lo sabía, pero escucharlo de sus labios se sintió mejor. Separé nuestros rostros mirándolo con atención, esos ojos oscuros como la noche me enfrentaron sin miramientos antes de fundir ambas bocas en el sello de una promesa en la playa asustada por la época.

Me desesperé reclamando todo lo que estuviera dentro de su boca, pareció entender dejando a mi lengua penetrarlo tantas beses como mis fueras me lo permitieran, la escena se había tornado tan romántica y sensual sin prepararlo que desperdiciar el momento traería arrepentimiento luego. Deslicé una de mis manos hasta perderla bajo su suéter con lentitud extrema, los dedos helados parecían caminar por la tersa piel de leche procurando no asustarlo, lo último que quería era violentarlo con mi brutal deseo. Un pequeño gemido se escapó cuando sintió mis manos recorrerle el pecho, estaba caliente, sudaba aún sin dejar de besarme con pasión.

Algo andaba mal.

-“Estás hirviendo.”- mis labios se separaron de su agarre, nuestras respiraciones jadeantes denotaban la calentura pero su rostro demostró que la fiebre iba en aumento, su pecho latía a mil por hora y el ardor en los pómulos era desconcertante. Fui un estúpido al traerlo aquí. –“Debemos regresar.”- sus ojos me observaban perdidos incrementando el miedo en cada músculo de mi cuerpo, lo cargué en brazos subiéndolo con cuidado a la motocicleta, coloqué su casco indicándole sostenerse con fuerza de mí, él respondía con la seña de su cabeza sin mirarme a los ojos. Estaba tan agitado y yo tan temeroso.

Procuré no aumentar la velocidad teniendo la suerte de que la ciudad quedara sólo a unos escasos diez minutos, preguntándole entre segundo y segundo si se encontraba bien. El agarre en mi cintura se pronunciaba en modo de respuesta. Eso me dejaba algo tranquilo.

Cuando llegamos puse sus piernas bajo de mis antebrazos haciendo que se sostuviera del cuello, pareció casi desvanecerse aunque habíamos llegado a tiempo. Varias personas abrieron las gigantescas rejas al verme llegar guiándome preocupados hacia dentro. Parecía que a todos les alteraba el estado de mí nene.

-“¿Que le sucedió al Joven Jaejoong? Debo llamar al Señor.”- una mujer mayor corría de lado a lado ocultando la desesperación al ver al chico casi agonizante en mis brazos; entré a la casa seguido de todos los sirvientes.

-“No hace falta, cuidaré de él. Lleven de inmediato a su cuarto paños con agua tibia y algunos analgésicos. Si la situación empeora yo personalmente le informaré a un médico y al Señor Kim.”- Todos atendieron a mis mandatos sin chistar a medida que me apresuraba para llevarlo a su habitación. Lo recosté cuidadosamente en su cama quitándole las botas y la chaqueta, él parecía mirar aún en la convalecencia de su estado cada uno de mis movimientos sobre su cuerpo. Me cohibían soberanamente esos atigrados ojos agónicos agitando sus pestañas como látigos dejando en mi boca un horrendo sabor a higos y desesperación.

-“No tendría que haberte llevado.”- maldecí. El arrepentimiento reinó en esas palabras antes de que la puerta se abriera dejando ver como una señora dejaba mi pedido sobre el buró al lado de la cama. Esperé que se fuera y de inmediato comencé a estrujar una fina tela en el agua caliente limpiándole las gotas de sudor; el trapo viajó desde sus mejillas hasta los labios muriendo finalmente en la frente donde se quedó. Le di el analgésico tapando muy bien su cuerpo y esperando un poco.

Si la fiebre continuaba no tendría más opción que llamar a un médico y enfrentarme a su Padre. Mis adelantos se irían al fregadero. Tomé sus manos en las mías sin apartar la mirada, los minutos comenzaron a transcurrir transformándose en horas haciendo que mí mente no pudiera escapar del mutismo corrosivo.

¿Alguna vez imaginé estar agonizando junto a una persona de mi misma naturaleza? Yo me descascaraba con sigilo cada vez que sus cejas se contraían aguantando el dolor, mis manos temblaban al pensar que su estado empeoraba consecutivamente atrapando la culpa entre las lágrimas que pugnaban por salir de mis ojos.

¿Que me había hecho? Agonizaba junto a él en silencio.

Un quejido elocuente libero mí cuerpo entumido y contemplé como abría sus ojos con pesadumbres, me vio a su lado con las manos entrelazadas a las suyas y sonrió. Yo pretendí que la maquina en mí pecho no dejara de latir por la sorpresa.

-“¿Estas bien? Enseguida llamaré a tu Padre.”- apresuré a levantarme para cumplir lo dicho pero su mano lo impidió, me estanqué en sus ojos que me suplicaron que no le dejase.-“Sabes que va a matarme.” – le dije sentándome a su lado para quitarle el paño de la frente.

-“Acuéstate conmigo.”- ocasionó un atragantamiento con saliva, me había tomado desprevenido. Admiré la suplica en sus ojos no pudiendo oponerme, esos ojos destruían los pilares de mi razón. Quité mis zapatos y la chaqueta, me adentré entre las mantas sintiendo de inmediato como su perfume azotaba mí olfato y sus débiles bracitos enrollaban mí estómago. Nos cubrí a ambos hasta que su cabeza se apoyara en mi pecho latente, no pude más que dejar caer los labios en sus cabellos.

-“Me siento bien cuando estás a mí lado. Siempre miento. Perdóname”- la confesión me descoloró. Me vi intimidado a acariciarle todo el cuerpo con lentitud formulando una hoja de ruta sin siquiera mirarlo. Tenía tantas ganas de hacerlo mío. La vida era dura y destructiva.

-“Qué es lo que tengo que perdonar.”- aunque la fiebre había bajado considerablemente se notaba que su cerebro seguía débil. Estaba mal pero quería aprovecharme de él, la situación no se volvería a repetir y yo necesitaba aún varias respuestas de su parte.

-“Lo que dije el primer día. Tu no eres igual que ellos, siempre lo supe.”- lo aferré aún mas a mi cuerpo, no quería que el contacto se perdiera por nada del mundo.-“ Me gusta que estés siempre conmigo y me acaricies, en cambio cuando él esta cerca tengo miedo de que cumpla sus amenazas.”- mis sentidos se despertaron de improviso. ¿Qué dijo?

-“Cuéntame quien es nene. ¿Comenzó con los rumores? ¿Te amenazó? Yo quiero saberlo.”- solté suave en los oídos cuando mis manos inquietas pasaron por sus mejillas instándolo a continuar. Yo debía ser delicado ya que él no podía darse cuenta del estado de mi corazón, con avasallantes ganas de hacer sufrir al susodicho que se haya atrevido a lastimarlo.

-“Lee Seok Hyun.”- exhaló casi al borde de la somnolencia.

-“Buen chico.”- acerqué sus labios a los míos para fundirlos en una danza capciosa e indiscriminada.

Yo no sabía de cuántas puertas constaba el virginal cuerpo junto al mío pero si de algo estaba seguro era de que varias habían sido abiertas por mí ignorante alma.

Primero fue la de sus ojos que miraron sorprendidos al borde del colapso cuando lo defendí de los mal nacidos esos. La segunda la de sus labios carentes de cariño que gustoso alimenté con aliento desbordante. Tercera puerta la de sus oídos conquisté, la que con dulces palabras engatusé merecedor del perdón en las estrellas semejante a las grandiosas avellanas que representaban sus ojos. Yo quería seguir abriendo ese cuerpo lleno de esperanza y temor que agudizó mí deseo con ganas de vivir a niveles alguna vez insospechados. Quería abrir cada puerta pero en especial la de ese gélido corazón que poco a poco se iba derritiendo ante mis suplicas engañosas y perversas.

Lo dejé descansar luego de que se durmió. Sentí frío al cerrar la puerta alejándome de su presencia, ya le extrañaba demasiado. Llegué al centro de la casa para encontrarme con la escrutadora mirada del Señor Kim Jae Suk que parecía conocedor de mí presencia. Él me esperaba.

-“Qué le sucedió a Jaejoong.”- permaneció sentado cómodamente en el sillón principal instándome a que le acompañe.

-“El esta bien, ahora tenemos cosas mucho más importantes de las que hablar.”- me coloqué justo a un lado observándolo de la misma manera en que él lo hacia, ambos con muchas cosas en común, la principal, procurar el bienestar del dormitado chico descansando habitaciones arriba. Hizo un ademán para que continuara hablando. –“He descubierto que hay un profesor de primer cátedra que ha estado acosando a su hijo desde siempre. Estoy seguro que gracias a él se han esparcido un sinnúmeros de rumores que manchan su reputación. Usted no necesita saber los detalles no obstante necesito que esta vez me ayude. Yo bien ya me he encargado de Park Miung Soo y sus amigos sin embargo gracias a que siempre me he llevado mal con Lee Seok Hyun alguien podría sospechar. Se que usted no es tonto y sabe que me he convertido en el amante de Jaejoong.”- nuestras vistas no se apartaron en ningún instante. Jae Suk pareció entender dejando de mirarme para encender pasivamente su habano.

El suspiró.

-“Entiendo. Puede retirarse Señor Jung.”- me incorporé inclinando la parte superior en forma de reverencia antes de partir de la mansión. Sabía que Jaejoong estaba fuera de peligro así que no tenía preocupaciones.-“Y gracias”- escuché murmurar a mis espaldas antes de que la puerta se cerrara. No solo había conseguido la confesión del hijo, sino que también tenía al Padre en mis manos.

Anotación mental: Las cosas estaban saliendo mejor de lo planeado.

¿Y desde cuándo el amor puede planearse? Nunca, mi teoría apuntaba a que tanto él como yo nacimos para amarnos.

El cansancio de mi mente sufrió ante la pena cuando llegué a casa, Madre miró preocupada al instante preguntándose qué era lo que me había dejado en ese estado. Yo podría hablarle por horas, preferí denotárselo diciéndole que había sido el día en que mí corazón se detuvo por segunda vez al ver agonizar al amor de mi vida. Sabía como ocultar las emociones mas sin embargo el miedo que me recorrió no tenía punto de comparación. No soportaría verle enfermar de nuevo por eso debía cuidarlo incesante para siempre.

Madre me abrasó y le dije que estaba loco por un hombre, no sentí culpa pero al ver una lágrima rodar por su mejilla también dispuse a llorar. Los escalones tiernamente se iban rompiendo en mi mente llamando a la fuerza oculta que acapare el dolor de la escena presentada. Ella preguntó si era una buena persona, solo pude decirle que era lo mas bello que mis ojos vieron jamás antes de abrasarla y tirar lo indigno en forma de lágrimas. Madre me acompañó toda la noche susurrando palabras de aliento, resaltando lo feliz que siempre la hice, pero yo no lloraba sólo por eso.

A mi corta edad sólo había llorado dos veces.

Por mi Padre y por Jaejoong.

La muerte del primero la superé para dar lugar a la esperanza de una gran vida y el día de hoy solo había ayudado a comprender que mi ser no estaba preparado para perderle a él, si Jaejoong se decidía por escapar de mí mirada no tendría otra alternativa que el ocaso. Ese dolor en mí pecho me intimidaba.




Así como habían transcurrido cuatro largos meses pretendía que el día acabase presuroso para pasear un rato con él. Maldije por llegar justo a tiempo a clases y no saludarlo, también había olvidado mandarle un mensaje de texto la noche pasada.

Debía de estar furioso.

Como bien sabía las cosas no podrían marchar mejor entre nosotros, en todo ese tiempo el lazo frunció una orquídea de deseos prósperos para ambos acallando los malos pensamientos que podían llegar a surgir de nuestras mentes; también era verdad que ese niño cada día que pasaba tomaba confianza con las cosas que me rondaban alocándome la mente gutural y altanero. Su viveza algunas veces me hacía salir de las casillas.

Mientras caminaba haciendo ademanes a aquellos quienes me saludaban felicitándome quién sabe por qué el caudal de memorias atacó mi estado trayendo recuerdos insuperables que adquirí junto a mí nene, su confianza levó cual levadura cervecera en verano desde aquél episodio en la playa, ahora estábamos completamente apegados y se esmeraba en llamar mí atención. No pasaron desapercibidas aquellas veces en que sus posibles celos le obligaban a actuar de manera torpe frente a las niñas que se me acercaban o reclamarme cuando salía con mis amigos sin avisarle.

Podría afirmar que por fin nos convertimos en la pareja modelo de la institución, todos hablaban de nosotros para bien ya que mas allá de la extraña desaparición del Profesor Lee Seok Hyun los rumores acribillantes se habían extinguido por completo.

Había ganado otra vez.

Cortas oraciones como “¿Estás probándome coqueteando con esas mujerzuelas?” o “Si eliges a tus amigos sobre mí no te perdonaré” recurrían de forma consecutiva últimamente en su boca de pétalo, no quería admitir que lo hacía para probar su paciencia, él estaba demostrando ser muy posesivo y me encantaba. Me traía tan loco que era injusto que solamente yo fuese el comprometido. Hacer enojar a Jaejoong se había convertido en fetiche.

-“Jung Yunho!.”- vi correr hacia mí a uno de sus compañeros de clase.-“Disculpa las molestias, Kim Jaejoong olvidó sus pertenencias y me preguntaba si podría llevarlas con usted”.- me entregó el bolso que diariamente traía consigo. Lo observé descolocado porque el día anterior cuando yo le dejé en casa llevaba su bolso.

-“No entiendo de qué hablas.”- en verdad no sabía qué era lo que quería decirme el sujeto.

-“El llegó temprano, quedó mirando por largo rato la pizarra principal y luego se fue a su casa, dijo que se sentía mal y que le avisara a los profesores si me preguntaban por él.”- un escalofrió me acarició la nuca, sin dejar continuar al chico salí disparado hacia la vitrina.

La respiración agitada que deseché de mis pulmones se extinguió cuando mis ojos recorrieron la lista del centro. Comencé a preocuparme marcando su número, los pitidos me sobresaltaban y sabía que no quería contestarme. Estaba siendo tan chiquilín que dio coraje.

No tardé nada en llegar a la propiedad Kim adentrándome sin pedir permiso, todos estaban acostumbrados a mí presencia dejándome entrar a toda hora. Punto a favor.

-“El Joven Jaejoong se encerró en su cuarto, no ha dejado que nadie se acerque.”- el eco que producían mis pasos al subir despavorido por las escaleras asustaban a cualquiera, no le perdonaría fácilmente el disgusto que estaba provocando a mi pecho. Moví el picaporte pero la puerta estaba asegurada por dentro.

Yo me estaba descontrolando.

-“Jaejoong ábreme, soy yo.”- no se escuchó ni el sonido de un insecto, el temor volvía a reclamar parte de mis extremidades cuando la paciencia que nunca tuve jugó en mi contra, la situación comenzó a tornarse desesperante.-“Abre la maldita puerta!”- golpeé, pataleé y grité pero seguía sin contestar, mi estrujado corazón pareció querer detenerse. No imaginaba pensar que hubiera cometido una locura, eso nunca. Mi cerebro se confabuló en contra.-“No me asustes. Estas siendo un idiota!.- la servidumbre viendo mi estado sicótico me tendió una copia de la llave de la habitación, sin esperar abrí la puerta con miedo a lo que encontraría.

Una oscuridad total me recibió y procuré cerrar bien para que nadie viera lo que ocurría dentro, encendí el interruptor encontrándome de inmediato con una figura en el centro de la cama, Jaejoong mantenía su rostro escondido en las piernas acallando los sollozos. Yo ya no entendía mas nada de ese niño bonito.

La rabia me consumió haciéndome llegar hasta él, lo tironeé para perder la posición y que me mirase a los ojos que estaban hinchados y rojos mientras las marcas de las lagrimas aún no desaparecían, seguro lloró por largo rato.

-“Que mierda! No te das cuenta de lo preocupado que estoy?! Maldito crío!”- sacudí con fuerza su cuerpo pero pareció no querer mirarme.-“Eres un…”- le cargué sobre mi hombro sin tener delicadezas, por mas que lo amara con el alma no podía tratarme de ese modo. Quería que por primera vez se sincerara conmigo contándome qué era lo que sucedía en verdad.

-“Ya! Déjame Yunho!! Bastardo!”.- comenzó a gritar cuando el agua caliente de la ducha cayó en su cuerpo ahogándole los gritos. Tiré de sus cabellos para que no escapara.

-“Estás satisfecho? ¿Te gusta verme así por ti? Todo por unas estúpidas notas!”.- el pijama empapado por completo y sus gritos incesantes se habían convertido en gimoteos lastimeros. El me provocaba tanto daño sin saberlo. Envolví una toalla en sus hombros antes de sacarlo del baño, no sabía cómo continuar la pelea, el solo hecho de admirar las gruesas gotas caer de sus ojos me destruía.-“¿Que diría tu Padre si te viera en ese estado? ¿Te das cuenta del daño que me estas ocasionando?.”- sentimientos espantosos embargándome.

-“Déjame en paz!”- miré el dolor en sus ojos, la ira había hecho que sus mejillas se enrojecieran mientras golpeaba mi pecho con sus manos.-“Tu eres el único culpable de que esté así…”- lágrimas lejos de detenerse.-“Tienes la culpa de que haya bajado mi rendimiento. Eres un bastardo! Ya toda la fuerza de mi espíritu se ha rendido a ti. Todo el día, a cada momento pensando en ti, el palpitar del corazón se me acelera cada vez que me sonríes y me molesta verte acercarte a otros. Yo solo te quiero para mí, dejaste hullas tan hondas en mi pensamiento que esas preocupaciones han hecho bajar mi promedio. Yo…”- le abracé tan fuerte como pudiera acallando el lamento de su ser entre mi cuerpo, de un momento a otro me había hecho tan feliz que pretendí olvidarme de todo.

-“Bebé, no me imaginé que esos promedios serían tan importantes para ti.”- repartí pequeños besos en su rostro recostándolo en la cama junto conmigo, acallando los sollozos que no se extinguían. Seguía siendo una persona tan frágil que parecía romperse entre mis dedos.

-“Tú no entiendes…”- se quejaba mientras recorría la piel de su cuello con premura, tratando milagrosamente de calmarlo y brindarle lo que quería, mi corazón sólo para él.

-“Explícamelo.”- mis besos se perdieron en su boca semiabierta. Mi cuerpo sobre el suyo repartiendo caricias por doquier.

-“Ella no volverá porque soy un perdedor.”- detuve la mirada en la suya, mi boca acariciando con cortos besos sus labios de seda al momento de comprender lo que cruzaba por su mente removiendo algunas lágrimas de su mejilla tragándolas y deleitándome con su salado sabor.-“ella nunca mas regresará conmigo.”- y lloró tanto que el cielo de repente se oscureció.

-“Claro que no volverá.”- me acomodé sobre el respaldo de la cama atrayendo su figura de espaldas a mi pecho, aún entre el dolor él apoyó su cabeza en mi hombro para dejarle el camino libre a mis labios sobre su cuello de marfil.-“Se fue abandonándote, desprotegido ante una juventud doliente que te esclavizó infatigable. Ella no merece tus lágrimas…”- su mojado pijama empezó a ser removido por mis manos inquietas sobre su cuerpo paso a paso, primero quitando la parte superior y detenerse en el elástico del pantalón, Jaejoong se dejaba hacer aún sabiendo de antemano mis intensiones. Sentí las ganas que tenía de que le reconfortara haciéndole olvidar las penas.-“Pero no tienes que martirizarte por ello; estoy aquí solo para ti. Soy el único que debe habitar los rincones traumatizantes de tu memoria. Déjame volverte loco como tú lo has hecho conmigo.”- giró solo un poco el rostro para encontrarse de un momento a otro observando mis labios entreabiertos y rojos besándolos flagrante y simplistamente constante en movimiento haciéndome llegar al paraíso dándole paso a mi idealismo por envolverlo en una nube de placer.

Borrando los vestigios que una persona dejase en su infancia dolesciente.

-“Quédate a mi lado. Tu no me abandones.”- incorporó el cuerpo apoyándolo en ambas rodillas sorprendiéndome relativamente, sentí sus manos temblar al momento de tomar un botón de mi camisa en sus manos para abrirlo con la delicadeza de una aurora. Toda la experiencia en un pasado adquirida se había esfumado por la realidad sensible. El no vacilaba en sus pupilas, sabía bien que era lo que quería dejando mi pecho lleno de agujeros inreconstruibles.

-“Jaejoong…”- le besé dulcemente antes de atraer su mirada en la mía.-“no es necesario…”- luché contra los bajos instintos por liberar la frase, tenía tantas ganas de tomarlo que sufría pero mas allá de todo una pequeña luz vaciló en mi conciencia abrigándome a no abusar de la sensibilidad de la persona frente a mí.

Aunque no era un santo tenía la necesidad de que nuestro primer encuentro pasional fuese perfecto e inolvidable. Simplemente estaba demasiado enamorado de esa persona. No fueron necesarias sus palabras cuando continuó desabrochándome la camisa para apartarla en un movimiento delicado hasta quedarse emocionado viendo los músculos de mi pecho.

Su respiración comenzó a agitarse ante mi mirada.

Sentí los dedos deslizarse entre mis pectorales dulcemente quemando la piel pluridimensional llegándome al estomago queriendo continuar, el calor me quemó los órganos llevando la lujuria hasta el nivel máximo. Capturé sus boca sin compasión adentrándome en ella con desenfreno y locura, las palabras no eran necesarias entre nosotros ya que habíamos aprendido ha hablarnos entre miradas y caricias. Nunca creí que nuestros corazones algunas vez podían haber estado tan unidos como la misma cara de una moneda.

Gimió entre beso y beso regalándome sonidos sexuales que volvían loco mi bajo vientre donde un sin numero de pinchazos dolorosos corroían en la temples de mi serenidad y endurecían mi pene con adulación. Estábamos siendo tan apasionados que pretendí olvidarme de todo lo que nos rodeara. Sentí que era un momento en que ya no podría prolongar las cosas así que metí mis manos en sus pantalones para aprisionar con mis palmas su fornido trasero.

El cayó en mis piernas.

Esa danza nos enloqueció a ambos, él moviéndose hacia delante y hacia atrás sobre mis piernas provocando la fricción de nuestros miembros mientras yo descaradamente sujetaba sus muslos apretándolos y haciéndole gemir como barragana en celo. Los sonidos obscenos llenaron la habitación turbando el aire y alterado la temperatura ambiente. El pecho advirtiendo las ansias de mi corazón por explotar.

Los movimientos que ambos le regalábamos al otro eran completamente románticos dilatando los sentidos en el cofre de la felicidad que nos rodeó, nunca en mi vida hubiera imaginado que una sola de sus caricias pudiera curar tanto el alma como ese chico sobre mí lo había hecho. Yo era capaz de abandonarlo todo con tal de mantener su calidez entre mis brazos.

De lo que tenía ganas era de huir con él donde más nadie pudiera mirarlo.

Pasé la lengua por su cuello besandole torpemente muchas partes donde al día siguiente asomarían manchas rojas sinónimo de mi brutalidad, de que por fin y para siempre me pertenecería. Sonidos cada vez más graves a medida que mi boca se pasease por su pecho desnudo lamiendo esas pequeñas protuberancias de un color legitimo e incrementando la fuerza entre sus nalgas, tenía a esa preciosura casi al borde del éxtasis sobre mí con ese movimiento irrefrenable en mi pelvis que hacía desfallecer, yo no quería más que morder cada atisbo de piel entre mi boca y marcarlo como un animal al cual le hubieran liberado del cautiverio.

La bestia en mi interior había aparecido nuevamente para reclamar su cuerpo como trofeo de ese desesperante amor.

-“Ahh, mngh… Tócame.”- supliqué con ojos rojos brillando en deseo. Entendió de inmediato comenzando a desabrocharme con torpeza el pantalón del uniforme, gemí ronco cuando un dedo tocó la punto de mi pene bajo el bóxer casi haciéndome venir al instante.

-“Estás… muy duro.”- el rubor en las mejillas le hacía ver tan adorable, yo nunca recordé haber conocido a persona mas divina que él. No era por mi locura, él era el hombre mas hermoso, estaba seguro.

El dualismo de sus acciones opacó la vergüenza cuando de pronto y sin tapujos comenzara a mover su mano sobre mi pene, primero con movimientos lentos que me escandalizaron para llegar a flotar de arriba hasta abajo con rapidez y malicia. Por Dios! Podía sentir el clímax muy cerca con solo pensar en lo que estaba sucediendo. Atrapé la pulpa de sus labios mordiendo duramente provocando dolor en mi víctima escuchándole gemir al sentir mis dedos meterse entre sus pantalones nuevamente y acariciar la entrada de su cavidad. Qué apretado estaba. Iba a ser muy difícil con mi nivel de excitación. Bebía procurar no ser tan rudo con él.

-“Más… rápido.”- indiqué luego de quitarle solo una mano del trasero y posarla sobre su mano en mi miembro, comencé a dirigir sus movimientos sintiendo como me hinchaba de sobremanera en el cúmulo de la calentura de mi cuerpo, él no pudo mas que obedecer y tocarme pecaminosamente liberando gritos que se perdían en nuestras gargantas.

Cerré los ojos llameantes en la riquezas de detalles conteniendo el ardor en mi pene enorme e hinchado de semen, deseé poder detener el tiempo en esas gotas resbalándole escurridizas por la sien hasta perderse en la curvatura de su cuello; en esos ojos cerrados ocultando la emoción de estar regalándome lascivas caricias que trastornan el lívido vibrante y por supuesto también en sus labios entre abiertos y perezosos que en su dulzor acosaban los hangares de mi estupefacta calentura.

Parecía estar flotando.

Le devoré la boca gimiendo de placer hasta eyacular entre sus dedos con los míos, él no detuvo el movimiento hasta que la ultima gota saliera de la ranura de mi sexo viendo como el blanquecino líquido espeso chorreaba hasta parte de mi estomago, las gotas gruesas se deslizaron por nuestras manos ocasionando un ardor crecientes en las mejillas de Jaejoong que le atosigó su rostro de muñeca.

Observaba atónito como esparcía el líquido en mi palma de manera sucia y peculiar antes de bajar por sus pantalones liberando el dulce trasero y empezar a masajearle entre las nalgas con mí semen, se impresionó manteniendo la postura, yo sentí como todo el cuerpo le comenzó a temblar.

-“Cierra los ojos.”- obedeció tendiéndose sobre mi pecho aguantando la fricción de su rígida erección contra nuestros estómagos. Sentí un goce extremo recorrerme desde la nuca hasta mi vientre comenzando despacio atravesando el pasaje dolientemente pequeñísimo con los dedos, comprobando la estreches del orificio que me dejó sin aliento. Agitado bramó en mi torso con ojos fuertemente cerrados buscando de a momentos la humedad de mi boca. Al principio le dolió terriblemente pero parecía que con el transcurso de los minutos la intromisión se suavizaba, el embardunar su pasaje completo con esperma pegajoso resultó muy eficiente después de todo.

-“Yunho, ahh…me gusta…”- los suspiros gozosos no dejaban de salir de su boca, nuestros cuerpos perlados en sudor brillaban calurosos y mis dedos incrustados siendo embestidos por su culo elevaron la temperatura demostrada en mi pene rígido y jovial. El placer no me dejaba respirar con normalidad estando él del mismo modo.

Penetré con velocidad en su boca dejándole sin aliento solo pudiendo tirarme el cabello moviendo su cabeza de lado a lado brindándome el placer de sentirle la lengua llegar a mi garganta pareciendo unos enfermos desquiciados pidiendo por la calidez de la boca ajena.

Mi nene era sensacional, él sacaba lo peor de mí.

Quité los dedos del pasaje provocando una queja de su parte, la temperatura en su cuerpo era extrema y solo pedía que le brindase mas del placer que sintió. Le hice a un lado sin separarme de sus ojos hasta incorporarme de la cama quitándolo de mis piernas admirando esa expresión romántica que me envenenó la moral procurando aturdir al animal del interior que necesitaba despedazarlo.

Mi corazón pendía de un limonero.

Removí mis pantalones permitiéndole admirarme el cuerpo frescamente trabajado, miró fijamente mi parte baja y le noté cierto nerviosismo en el rostro, le impedí titubear al quitar sus ropas restantes deslizando las manos por sus piernas brindándole caricias suaves, lentas y amorosas, yo quería transmitirle seguridad en todo momento, era su primera vez, él me entregaría la virginidad tan preciada por los hombres y procuraría hacerlo disfrutar al máximo.

Nunca me gustó cortejar a las mujeres pasadas, con ellas era un polvo y nada más. Jaejoong era diferente, a él quería entregarle el sol, la luna y las estrellas si pudiera.

Uno de mis besos murió en su mejilla.

-“Voltéate cariño…”- obedeció con ligereza recostando su divino cuerpo sobre su estomago enterrando por completo el rostro en una almohada sin mirarme siquiera. Estaba tan avergonzado que me sentí un villano, no cabía más amor en mí para esa persona.-“Estás abriéndome tus alas tan hermosamente que me siento ruin y pecador.”.- comencé a frotar mi pene contra sus nalgas, esa sensación que me llevó al mismísimo infierno, ardiente como nada conocido en vida. Un escalofrió le recorrió y traté de calmar las pulsaciones de su corazón besando toda la piel en su curvilínea espalda. Giró un poco el rostro para mostrare como pasaba la lengua por sus labios relamiéndose extasiado, sentí la agresiva punzada en el vientre que me dejó moribundo.-“Ahh, tu… ngh… me volverás loco bebé.”- fui enterrandome con delicadeza en su culo haciéndole desaparecer al instante, el trabajo previo había sido muy bueno así que seguramente no lo lastimaría tanto.

Su cuerpo se puso rígido de repente pero aguantó el dolor tenazmente, un estridente jadeo se perdió en la almohada que era estrangulada por sus manos.

-“¿Estás bien? Mngh!… ”.- jadeé conteniendo la presión que él ejercía en mi miembro.-“Precioso… eres tan pequeño.”- me estaba torturando y necesitaba moverme lo antes posible. Mordí su hombro esperando a que se acostumbrase pero de inmediato pidió porque me moviera, yo sabía que esta unión era algo impresionante para ambos, estábamos derritiéndonos por la calentura que nos acosaba.

Yo solo tenía la necesidad de violar su culo con agresión mientras que Jaejoong necesitaba que le embistiera. Dejé palabras de amor en sus oídos atrapando sus manos en las mías y golpeándolo lentamente, nuestras respiraciones se agitaron de inmediato cuando ambos cuerpos comenzaron a danzar armoniosos produciendo sonidos estridentes y alterados. Choqué la pelvis contra él manteniendo un ritmo eficaz que le llenara de goce escuchando de ha momentos palabras descaradas salir de su pequeña boca descontrolándome.

Las maravillas que podía hacerme con su delicada boquita.

-“M-mas… Mas fuerte… ahh”.- susurró cuando llegué tan profundo que sentí tocarle la próstata, arqueó la espalda levantando su redondo trasero blanco y apetecible. Me correría de nuevo. Salí de su interior para darle la vuelta enfrentando ambas miradas, permanecimos eternos segundos tratando de recuperar la respiración antes de que comenzara a bajar para meterme su pene en la boca. El pareció morir en un grito desesperado.-“Ahhh! Mngh… ahh.”- no me dio asco, al contrario, tenía ganas de comerlo una y otra vez hasta el cansancio, el solo poder escuchar sus gemidos del puro placer abrasador me satisfacía.

Un peculiar sabor salado impregnó mi cavidad bucal demostrándome su estado, lo saqué en un momento lamiendo la longitud despacio, mi lengua deslizándose desde abajo hacia arriba con una frecuencia única que le enloquecía mirando de a momentos la expresión en su cara. Se mordió el labio inferior lastimándolo notablemente, era como estar viendo un hada regocijándose ante mi cortejo y desden sexual.

Empecé a masturbarlo con la mano mientras besaba los testículos, olía tan bien hasta en sus partes intimas que me estremecí, tan limpio y puro como una rosa.

Cuando se incorporo solo un paco para jalar mis cabellos sentí como su semen salía despedido embardunandome la mano, la escena era tan cautivadora que mi excitación no podría incrementarse más. sin perder tiempo y no dejándole reaccionar aprese sus labios buscando la lengua empezando ha acariciarme el pene doloroso con su esperma antes de separarle las piernas y enterrarme de una sola estocada en su interior.

Los dos nos enloquecimos.

-“S-si…mhh, ahh, angh…”- golpeé sus profundidades con agresión volviéndome presa de la locura que me provocaba su estreches. Una de mis manos levantó su pierna a la altura de mi cintura cuando la otra se fundía con la suya en la caricia inexplicable de dos amantes apasionados y creadores de un amor destinado. Sentí como me desgarraba la carne de la espalda con sus uñas no dando importancia al ardor, sólo pretendí azotarlo con rudeza para dejarle sin aliento, no podría aguantarlo mucho tiempo más.

Buscó mi boca desesperado regalándome con los labios algo de lo que le estaba provocando, tanto calor acosando nuestros pechos nos nublaba la vista ya no sabiendo donde estábamos, lo único que importaba era acariciarnos hasta morir entre los brazos del otro.

Tan indescriptible como mis sentimientos hacia él.

Unas fuertes estocadas que le penetraron hasta la conciencia y mi eyaculación explotó en su trasero dolorido que le dejó al borde de la inconciencia. Caí sobre él acompasando la respiración, aguantando las sensaciones que me embargaron completamente. Me sentí feliz de solo ver una sonrisa asomando en su rostro.

Nuestra primera vez. Parecía seguir soñando.

-“Tan caliente.”- murmuró exhausto. Salí de su interior dejando caer el semen por su enrojecido orificio, él parecía satisfecho y ni siquiera me reclamó el haber acabado en su cavidad anal, fuera lo que fuere su mente era tan sucia como la mía.

Siguió acariciándome embelesado, ambos serenos y felices. Nada mejor podría suceder. El momento en que nuestros cuerpos se unieron sería insuperable.

Salí de la cama dirigiéndome al baño a medida que él solo se disponía a observar expectante cada uno de mis movimientos, me sentí muy observado aunque me gustaba la atracción de sus ojos.

Llegué con una toalla húmeda para comenzar a limpiar entre sus nalgas, no quería que mi semen mezclado con un poco de sangre se secara en su parte trasera, necesitaba limpiar todo gramo de suciedad en su cuerpo por mas que haya sido ocasionada por mí. Produje un escozor al tocarlo, dolía mucho pero mi nene era tan fuerte que lo soportaba de una manera indefinible. Me sentí orgulloso.

-“Bésame…”- dijo seduciendo mi atención, lo hice de inmediato comprobando que no aligerábamos las cosas, la caricia se tornó pausada buscando llegar a esos rincones tan conocidos. Me acosté a su lado tapando nuestra desnudes con las colchas asfixiantes acercándolo más hacia mí continuando al tocar de a momentos sus nalgas brindándole caricias dulces que le reconfortaran. Que todo hubiera sido perfecto no quitaba la violencia descontrolada de mi penetración.

-“¿Duele?... Lo lamento.”- picoteé sus pómulos, frente y nariz, me sentí terriblemente abatido por ese ser que me llenó de alegría e ilusión.

-“Puedo soportarlo, fue maravilloso y no quiero pensar en el dolor.”- se escondió en el espacio entre mi cuello y hombro resistiendo la cercanía aspirando el aroma ajeno y pensando el todo lo que habíamos vivido hasta el momento. Yo no me arrepentía de nada, gracias a los sacrificios pude obtener el amor de ese chico en derredor de un tronco ardiente como la lucidez convaleciente; solo quería mantenerme perdido en esa mirada que como una gasa de polvo me hacía flotar como átomo leve en la niebla dorada del oscuro cielo.

El silencio reinó entre ambos que aún estábamos sumergidos en el dócil romance creado, él dibujando garabatos con sus dedos en mi pecho y yo observando cada movimiento con armonía avasallante. Todavía había tiempo para volver a la universidad antes del receso no obstante quería seguir experimentando tal cercanía con Jaejoong.

Era demasiado tarde, ya no podría separarme de él aunque me lo pidiera.

-“Lo has conseguido”.- casi en un suspiro divulgó, permanecí expectante a que continuara, sus ojitos se cerraban de a momentos no pudiendo ser mas adorable.-“Me he enamorado perdidamente de ti…”- terminó su frase quemando la invisible atmósfera y perdiéndose en el sueño. El cansancio lo había vencido dejándole antes transmitir los misterios de su corazón aturdido.

Velando mientras él dormía me perdí también en la cortina de polvo, mi espíritu mas tranquilo al saber que ya no quedaban sentimientos por revelar, yo había conseguido abrir dos puertas mas de su cuerpo, y una muy importante, la de su inocencia.




Fue ayer cuando una información en las noticias me había descolocado. Estaba bebiendo de mi café escuchando desinteresado como una tragedia había azotado la zona Inchion, me impresionó ver esos dos cadáveres en el piso tapados vagamente con lona envejecida y sucia, sentí pena de inmediato por esos ex vivientes; qué le pasaba al mundo! La gente estaba totalmente loca.

Por lo que pude escuchar una joven había engañado a su marido, señor mayor, con su compañero de trabajo. El romance partía desde años y el vejestorio lo descubrió desde hacía mucho. Por lo que decían los periodistas el hombre rico planeó el asesinato de los amantes martirizados minuciosamente para hacerlos sufrir tortuosos y suicidarse luego. Ver la manera en que despedazó a los jóvenes denotaba el odio infinito de su ser, era una verdadera lástima que el psicópata no hubiera preparado un plan B para quedarse vivito y coleando.

El sujeto era débil.

Me encontré replanteándome el caso mientras intentaba mandarle mensajes consecutivos a Jaejoong para que me perdonara por lo de días anteriores.

El anciano estaba enfermo, esa enfermedad que recibía el nombre de Amor la cual yo conocía mas que nadie. Pero… hay diferentes tipos de amor para las personas, personalmente me gustaba definirlas como Amor terrenal y Amor trascendental. El primero era el común; sujetos que viven los unos a otros de relación en relación procurando extraer hasta la ultima gota de placer de su par, luego procrear a seres de su misma especia denominándolos como fruto de sus sentimientos. Tontos e ilusos que piensan que con el solo echo de estar al lado de alguien ya pueden llamarlo Amor; odiaba a esas personas carentes de perspectiva.

El trascendental es el sentimiento puro y transparente, cuando te enamoras importándote muy poco las circunstancias que te rodean comenzando esa persona a ser el centro de tu mundo. Cuando estás dispuesto a arriesgarlo todo con tal de tener a ese ser junto a ti hasta el día en que mueras siendo sus ojos lo último que veas en la tierra.

Esa es la clase de amor que compartimos con Jaejoong, sin embargo puede que este sujeto haya amado de dicha manera, lo que falló fue en la persona escogida, su amante era una puta que seguramente se caso con él por dinero.

Definitivamente merecía morir.

Era una lástima y me daba pena por el pobre viejo, si yo estuviera en tal situación no procederla así.

Siempre me gustó pensar las cosas fríamente, analizar cada uno de los detalles con inteligencia. Ahí el primer error del caso policial, en ningún momento se me ocurriría tocarle un solo cabello a mi nene, encontraría la forma carente de democracia de hacer desaparecer todo rastro del amante junto con sus padres, hermanos, parientes, pertenencias, identidad, documentos o cualquier cosa relacionada. Que jamás hubiera existido. Después de haber eliminado cada prueba que pudiera incriminarme sometería a mi bebé a un dulce castigo primario no dándole más que la alternativa de seguir viviendo del amor hasta que la muerte nos separase.

Reí ante el pensamiento, nosotros estábamos tan lejos de aquello, día a día volvía a demostrarme que no solo yo era así, su manera de actuar en los últimos tiempos se iba agravando llegando al extremo de querer encerrarme un una jaula pequeña donde sólo él tuviera acceso. Necesitaba que las veinticuatro horas diarias mi cerebro lo pensara al igual que a él le sucedía.

Loco y divino eran sus sinónimos mas comunes.

-“Ese celular está volviéndote loco.”- Madre apareció desde la sala irrumpiendo mis teorías casuales. No se me ocurría nada que justificara el por qué de sus controles, estaba más que seguro de que ella se había aliado con Jaejoong para monitorear mis movimientos.-“El me llamó, dice que dejes de mandar mensajes porque no te perdonara. ¿Qué le hiciste?”- ahora era solo yo el culpable de todo, ese chiquillo había logrado poner en mi contra a mi propia Madre. Dolía admitir que dejó de ser el joven peculiar de hace casi un año atrás que aunque poco, ahora socializaba. Sin embargo me ponía contento la relación que formo con Madre, después de todo yo iba a pasar el resto de mi vida a su lado.

-“Le dije que me iría por dos semanas a Londres para visitar a un viejo amigo de la familia.”- expliqué mientras se sentaba a mi lado. Ella dio una mirada interrogativa.

-“Me dijiste que lo llevarías contigo…”- suspiré atolondrado.

-“Es tan tonto que no dejó que terminara…”- recordé la escena queriendo reír de solo pensar en cómo se puso.-“Cuando me di cuenta ya estaba gritando y chillando mientras tiraba todo lo que tuviera cerca contra mi cara. ¿Puede creer que golpeó mi cabeza con una raqueta de tenis? Usted tendría que haberlo visto. El está loco!.”-comenzamos a reírnos, ella depositó un beso en mi mejilla antes de marchar para el trabajo, yo no tenia clases así que seguiría insistiendo.

Al contrario de mi situación, Jaejoong si conservaba algunas horas lectivas, conociéndole era seguro que asistió.

Debía ponerme en marcha hacia la universidad.

El trayecto se me hizo muy largo, escogí caminar antes de sacar algún vehiculo de casa, esas eran las ocasiones en las que los pensamientos me embargaban y solo debía tener una charla solitaria con la mente, claro que referentes a él, drama azaroso de mi amor patético y correspondido. El correr de mis pasos bajo las hojas de la naturaleza del verano me llevó a pensar que nuestro amor se mantenía tan latente y noble que hasta el más afortunado sentiría envidia. Vivíamos prácticamente juntos disfrutando de la compañía ajena con añoranza de nuevos dramas mágicos que evitaran la monotonía; conocía tanto de él así como de mi mismo, sabiendo de sobra en que momentos hacerle enojar o en cuales tenderle un pañuelo a sus lágrimas. El supo aprender a leerme cual libro abierto, buscando como siempre el momento de satisfacerme.

Nacimos para estar juntos.

El celular me vibró en el bolsillo asustándome, él debía de haber contestado. Me enternecí con su testarudez. “Te odio! No voy a perdonar que quieras abandonarme.” De inmediato llegó otro mensaje…“Estoy en la biblioteca.” Oh! Yo estaba tan feliz con sus reacciones, él me llenaba el corazón cada día que pasase.

Envió ese inofensivo texto queriendo lastimarme siendo tan cursi al respecto ya que cada letra gritaba “Por favor ven a buscarme, hagamos las pases porque no puedo vivir sin ti” Quería desvanecerme en la dulzura de su persona. Casi corrí entre sonrisas antes de llegar al lugar agitado, sudé sin darme cuenta y eso seguramente me hacía lucir sexy y varonil. Eché un vistazo hacia dentro por el vidrio percatándome de que pocos estudiantes ocupaban el recinto, mi pelinegro se encontraba concentradísimo con varios libros acomodando sus lentes de vez en vez.

Quería comérmelo.

Me acerqué en silencio hasta sentarme a su lado, sonreí cuando me ignoró queriéndome hacer sufrir. Adorable. Me miró indiferente haciendo a mis rosas morir de esperanza.

-“Voy a escucharte sólo por un minuto.”- Simuló volver a leer. Era mas que obvio que al igual que yo, él moría por besarme. Habían sido dos largos días de abstinencia.

-“Hoy estas hermoso.”-pude jurar verle sonrojarse aún bajo las gafas. Era día libre, portaba ropas normales como las que yo también traía. Babeé al examinar con mis ojos la remera color rosado que le ajustaba en la curva de su cadera, tenía un gran escote que preemitió ver su piel perfecta algo sudada gracias al calor, mi mente comenzó a navegar en una nebulosa de concesiones. Comprobé que nadie nos estuviera observando para tomar su mano y acariciarla sobre la mesa. Repingó pero no se resistió, estaba tan necesitado que me estremecí.-“Nunca sabrás lo que pienso hacer si no dejas terminar la frase. Te pusiste tan histérico que no permitiste explicarme.”- reviró los ojos para verme, me encante con sus pupilas tristes.

-“Me dejarás sólo en Seúl por dos semanas Yunho… ¿Sabes lo que significa estar sin ti todo ese tiempo? Yo no quiero que vayas…”- Quité sus gafas situándolas sobre la mesa. Unos cristales transparentes se formaron en sus ojos almendrados de planeta a planeta olvidando tantos universos alternos que me alimentaron la moral como un árbol viejo y ceñido. Partió mi corazón en pedacitos.

-“No me gusta ver a este nene bonito llorar”.- me acerqué a sus labios tocándolos solamente.-“Ven conmigo”.- agarró mi mano con fuerza conteniendo el llanto dejándose guiar entre los libros. La biblioteca de la universidad era uno de los lugares más grandes, allí cabían todos los libros del mundo. Seguí mi camino evadiendo la mirada de algunas personas pasando sección a sección y llegando al final de todo, donde sabía que nadie llegaba. Nos metimos entre un fondo de libros bíblicos muy viejos aliviándonos por la privacidad. Estábamos tan alejados y seguros de que nadie nos interrumpiría.

Jaejoong apoyó la espalda contra uno de los estantes liberando por fin la angustia, vi como las palmas le rasgaron los ojos fuerte y sin delicadeza. Se veía frágil y quebradizo. ¿Eso era lo que le había hecho? Yo era un tirano. Le abrasé pegando nuestros cuerpos mientras le regalaba calidez, atrapé su rostro con mis manos haciendo que me mirara.

Sus sollozos me suplicaron.

-“Tonto ¿No entiendes que nunca me iría sin ti?”.- Removí las lágrimas de sus mejillas redondas y sulfuradas.-“Por mi cabeza jamás cruzó la idea de dejarte, no sobreviviría ni un día lejos de ti.”- con los dientes le acaricie el labio inferior con lentitud agraciada, poco a poco adentrando mi lengua sedienta para comenzar suaves movimientos dentro de él.

El interior estaba tan caliente como húmedo, mi tranquilidad se descontroló. Nuestros besos pasionales nos dejaban sin aliento al instante porque desbordábamos tanto anheló que dolía. Procuré besarlo de una manera en la cual todos mis sentimientos le reconfortaran la angustia ocasionada. Respondió de inmediato sintiendo como con su lengua lamía mis labios ardientes para respirar y volver a meterse incansable. Era un experto en enloquecerme, todo el tiempo juntos había servido para convertirlo en una maquina de placer ilimitado que me dejaba con los pies sobre las nubes cada vez que me tocaba.

-“Lo siento.”- nuestra caricia demandante no le permitía hablar. Mi boca bajó hacia su cuello buscando el confort necesario que no había tenido en el último par de días. Acarició mis cabellos cuando con las manos empecé a manosearle el cuerpo escuchándole sonreír por mis acciones desesperadas, a sus ojos era un pobre animalito en celo.-“Alguien podría escuchar…”.- reclamó mientras compartimos otro beso candente.-“Llévame a tu casa, tengo tantas ganas de follar sobre tu cama.”- me puse duro con sólo esas palabras.

-“Pero estoy tan caliente bebé…”- una sonrisa juguetona apareció en sus labios cuando me robo un fugaz beso antes de voltearse, pantalones y boxers cayeron hasta sus rodillas dejándome admirarle las nalgas desnudas, eliminó la distancia entre ambos comenzando a fregar su culo contra mi vientre.-“Mngh … sólo procura no gritar… ”.- ambos parados en el estrecho lugar cubierto de libros, cuerpos juntos atrapando el calor del verano en cada poro de piel, respiraciones acompasadas tratando de besarse a medida que unas embestidas capciosas incrementan la fricción.

Su visión a mis ojos era casi pornográfica.

-“También estoy muy excitado.”- su lindo pene estaba sonrosado advirtiendo el grado de calentura, me dieron tantas ganas de meterlo en mi boca. Le acaricié y él se agitó.-“Puedo aguantarlo… Penétrame ahora.”- temblé ante sus palabras porque yo no deseaba lastimarlo, por mas segado que el placer me tuviera nunca lo lastimaría. La manera en que lo pidió me aturdió, si queríamos llegar rápido a casa debíamos terminar cuando antes. Bajé mi bragueta lo suficiente como para sacar mi pene erguido agradeciendo el que estuviera húmedo comenzando a masturbarme.

Escuchar como la respiración se le cortaba de a momentos gimoteando en las ansias de sentirme al tiempo mismo que se tocaba pronunciando mi nombre y lo mucho que me necesitaba fue tan grave como para reventar de improvisto, las gotas de sudor no se hicieron esperan rodando por nuestras pieles febriles e irrefrenables.

Apresé sus caderas con las manos cuando lento empezaba a introducirme en él, me encantó ver la manera en que sus lindas nalgas se tragaban mi pene tornándome maravillado con la visión, agachó la cabeza agarrando con fuerza el estante frente, esos jadeos me quemaban los oídos, él estaba tan excitado que pensé se desvanecería entre los temblores de sus piernas.

-“Hazlo”.- Entré en su pasaje de una vez llegando hasta la mitad, pude detenerme a mi mismo refrenado ante el tiempo de erupcionar porque sabía que eso era demasiado para él.-“A-ah…Ngh!”- Estábamos secos, su pequeño pasaje se contrajo por el dolor. Si seguía entrando le lastimaría.

Decían que el razonamiento de los hombres dejaba de existir cuando el deseo colapsaba los nervios, empezando a actuar solo con el mandato de las partes bajas. En mi caso, por mas caliente y excitado que estuviera, si con ello pudiera llegar a lastimar a mi hermoso amante me detendría de inmediato, desde nuestro primer contacto intimo pude marcar tendencia sobre su cuerpo, el dolor estaba fuera de cualquier jugada, no me atrevería a producirle dolor por mas que me lo pidiera.

Algunas gotas le pasearon por la nuca ante mi furtiva mirada de león hambriento, vi como las piernas le temblaban casi partiéndose y dejando de sostenerle en ellas.

Supuse que era suficiente así que salí del interior gimiéndole en los oídos, estaba desesperado pero penetrarlo con fuerza sería la estupidez mas grande que hiciera. Ambas miradas se encontraron al voltearlo frente a mi, jadeante, agonizante, con lagrimas pugnantes que se desmoronarían sólo por atreverse a soportar dolores que satisfacerían mi excitación.

El era tan bueno conmigo.

Nos besamos para acoplar la atmósfera iniciada con locura a medida que con mis manos tomaba ambas erecciones comenzando a acariciarlas, jadeando entre mis labios y sosteniéndose fuerte por mi espalda. Las marcas durarían varios días. Pausados movimientos recorriendo la dureza de las longitudes procurando que choquen y juntas compartieran el calor de la brutal caricia, así como lo hacían nuestros pechos que vestidos en tela se refregaban sudorosos. Suspiros yendo y viniendo cuando su saliva me tocara tras la oreja, babeaba hipnotizándome ver la manera en que sus ojos distraídos y ausentes se perdían en el cúmulo de placer halagador.

La fricción de nuestras entrepiernas nos quitaban el aliento al momento de llegar a corrernos, se desesperó de pronto metiendo sus manos en mis pantalones vaqueros para acariciarme el culo y hacerme tiritar de la sorpresa. Empujó sus caderas con fuerza alocando los átomos en nuestros poros casi viniéndose al momento en que apreté la cabeza de su erección con violencia sintiendo sus uñas clavarse en mis nalgas.

Nuestras friccione ya no podían detenerse.

Sacando la lengua la pase por su mejilla lamiendo de pronto esa zona roja hasta volver a sus labios entreabiertos llenándolos con mi saliva acallando los gritos y la resequedad de su garganta. Embestí en su boca penetrándole los lugares con la misma velocidad en que con la mano subía y bajaba en nuestros hinchados miembros que soportaron la presión por bastante tiempo. Eché una mirada a su cara de porcelana cuando su semilla me embardunó en una ultima fricción, pude acallar el gemido ensordecedor entre mis dientes cuando le mordí la boca, la saliva escurriendo por las comisuras y lo único que atiné a hacer fue lamer esos lugares y eyacular desesperado. Solo el mirar como se relamía los labios contemplando nuestros espermas ensuciando nuestros vientres me dejó desequilibrado. Un orgasmo intensamente maravilloso.

-“Mhh… El pequeño Yunho me hace tan feliz. Quiero tenerlo en mi boca.”- Tan inocente como siempre, no se imaginaba a lo que me sometía solo por él, por no lastimar su lindo culo caliente y pequeño.

-“Cuida las palabras, no me gusta que sólo lo hagas para complacerme.”- empezamos a besarnos con ternura para tranquilizar las pulsaciones aceleradas en nuestros pechos, juré estar viendo una mariposa entre sus pestañas transitivamente largas. Jaejoong era como un sueño que se habría ante mí como los lirios al anochecer.-“Vamos a casa.”- esas manos que masajeaban entre mis glúteos se apartaron para arreglarme el jean y subir la bragueta, me gustó la sensualidad, ese chico era un artificio monumental. Acomodé sus ropas tomándome todo el tiempo del mundo en rozarle la piel con la mía en contactos sostenibles en la eternidad.

¿Cuantas veces había muerto ya entre sus miradas? Yo perdí la cuenta.

Tiré de él hasta salir a paso ligero a sabiendas de que ya no sería lo mismo volver a la biblioteca para pensar en plantas u flores luego de lo que había sucedido, mi temperatura aumentaría como ráfagas a niveles de mortificación. Lo follaría con la mente una y mil veces más entre los libros.

Afuera el calor de la tarde nos fusiló demostrando el poder de la estrella gigantesca que brillaba en el cielo, el sol. Maldecía internamente por no haber montado mi motocicleta.

Su sonrisa desbordante alejó esos pensamientos transmitiéndome el gusto por caminar a mi lado, enredado en mi cintura y oliendo mi aroma con la mezcla de sudor y sexo.

Aunque pareciera extraño o ridículo una noche él me había confesado que amaba mis olores, que poseía cuatro fragancias diferentes que le volvían loco. Menta, lavanda, tabaco y sexo. Mi boca naturalmente estaba impregnada a menta fresca que le besaba desde la lejanía, dijo que ese aroma era tan único que él podría sentir mi aliento a kilómetros de distancia si de encontrarme se tratase, me buscaría solo para poder sentir mis labios en los suyos, la menta impregnándole la boca con desdenes.

Lavanda favorecida la de mis cabellos que él moría por aspirar con su olfato ansioso de aromas irreales creados por su mente soñadora y artificial, le gustaba tanto que parecía navegar por un jardín inmensamente violeta buscándome en las lejanías para enterrarse conmigo en el abismo de flores; esa noche fabuló tanto con las fragancias inventadas que procuré dormirme en sus brazos para que sintiera todo lo que quisiera, total…

Ambos ya éramos dementes sepultureros.

Según sus deducciones mi cuerpo despedía un particular olor a tabaco cuando las ganas de adentrarme en su cuerpo se incrementaban, estaba seguro de que se enamoraba aún más de la forma en que yo aspiraba un cigarrillo luego de hacerle el amor quedando minutos enteros admirando el humo salir de mi boca y haciéndome sentir más especial de lo que ya era.

Fue un problema al principio el comenzar a fumar, por mas que lo hiciera de vez en cuando no me pareció extraño, bastó que dijera que le gustaría poder hacerlo a pesar de su asma y al día siguiente ya me encontraba con un fino palito de tabaco entre mis labios. Solo el brillo en sus ojitos emocionados gritaba que valía la pena.

Tiempo después solo fumaba para liberar el estrés de no tener a Jaejoong solo para mí las veinticuatro horas del día. Tendría que apresurarme a buscar una forma de engañar a su Padre y llevármelo a vivir conmigo.

Pasos torpes escuchándose en el silencio de mi resplandeciente hogar tratando de subir las escaleras entre suspiros y sonrisas, besos y caricias. No nos alcanzarían ni cien polvos para calmar la pasión acojonada, las ganas de hacerle el amor como se debía eran inquietantes, él se desesperó de igual forma. Cuanto amaba su cuerpo precioso!. Apartando la puerta de mi dormitorio nos adentramos inquietos tratando inútilmente de calmarnos solo un poco.

Vi cómo daba los primeros pasos desnudándose frente a mí de una forma excitante, pretendí prestar atención a la caída de la tela en el suelo pero contrariamente no podía si quiera quitar mis ojos de su inocente y espectacular cuerpo. Sólo acercó nuestras bocas en un pequeño beso antes de comenzar a caminar hacia la cama.

Ese par de redondos y apetecibles cachetes repingados que se movían al copas de sus largas y bellas piernas pedían por mi pene, el vientre se me escandalizó. Recostándose entre las sabanas frotándose contra ellas llamándome con sus ojos a que le poseyera tan natural y placentero como sólo yo sabía hacerlo, buscando una vez más atravesar la cúspide de nuestros cuerpos unidos en el goce. Quité mis ropas permitiéndole verme, no apartaba la vista de mi entrepierna endurecida agitándose y pidiendo que se la entregara.

Quería tenerme entre sus piernas cuánto antes.

Quedé parado a un lado de la cama para tomar la vaselina resguardada en el escritorio sintiendo como apoyado sobre sus rodillas él me la quitara, traté esperar a que él me sedujera.

-“Voy a prepararme.”- le besé con pasión comiéndolo a mi antojo antes de que me quitara el pequeño frasco relamiéndose cuando le sujeté por los cabellos acercándolo a mi erección.

Le observé abriendo su boca y cerré los ojos con fuerza.

-“Ahh…Mierda!”- dirigía los movimientos procurado adentrarme en su humedad, estaba acostumbrado a felarme como una prostituta frotando toda la cara en los bellos hasta mojar toda la zona con saliva, me calenté más al verle morder mis testículos y chuparme la ranura comenzando a tragar las gotas de residuos de mi excitación descomunal. Ah! Que modo hermoso de chuparme, yo estaba enamorado de la manera en que mi pene se introducía en su boca caliente hasta llegarle a la garganta produciendo unas pequeñas arcadas, tosió un poco apartándose para lamer la saliva que escapaba por los lados.

Mas que nada me exaltó verle prepararse, un espectáculo que me regalaba conciente y gustoso, era un gato montes desvergonzado embardunando sus dedos en la pomada para después meterlos en su propio culo y dilatarse, no aguanté las ganas de penetrar en su boca de nuevo para acallar los gemidos con mi pene duro y palpitante.

Parado a un lado de la cama con esa belleza haciéndome la mejor mamada del mundo penetrándose con los dedos gustoso llegué a la conclusión de que la vida era demasiado buena conmigo, Jaejoong me dejaba pendiendo el alma de un hilo.

Tenía miedo de que a mi corazón le diera un ataque.

-“Es suficiente…”- quitó los dígitos del su trasero dándome las últimas lamidas, no podía creer que le gustara tanto mi pene. Era un calienta bragueta.

Nos revolcamos entre sabanas y sudor peleándonos con los besos por ver quien tomaba el control mordiendo con los dientes su mandíbula y dejando marcas rojas en toda su piel blanca e inmaculada, sentí sus manos empujar mi culo hacia su vientre empezando a penetrarlo, se llenó de satisfacción cuando entré por completo, húmedo, caliente y pegajoso como nos encantaba a los dos.-“Yunho…mngh, unhh, mhh…Tan bueno.”- cerró los ojos acompasando la respiración.

Mis grandes manos se pasaron por su cuello y hombros, bajando por el pecho hasta tomarlo por las caderas, mis salvajes embestidas hicieron que sus piernas se me enredaran en la cintura a medida que le acariciaba el trasero con los pulgares. La visión se me nublo.

Latigazos me recorrían la espalda cuando dejé volar la mente en su expresión ambigua entre dolor y placer, imploré con mi lengua entrar en su boca empezando a perder los gemidos en la garganta del otro, las cosquillas me revolvieron la barriga haciéndome golpearle el lindo culo con mi erección a punto de explotar y llenarle el interior.

-“Mas… mhh… solo un poco mas.”- suplicó entre espasmos, golpeé con una estocada violenta su próstata corriéndome desesperado e inundándolo con el caliente esperma chorreando a borbotones por su agujero, mis piernas se acalambraron de tanto placer. Disfrutó de la punzada en su parte trasera aligerando la velocidad de su mano haciendo escapar de su pene bastante semen, le observé ensuciarse de la manera mas linda, estábamos tan satisfechos.-“Me gusta demasiado tenerte en mi interior.”- acomode algunos mechones de cabellos besándole con dulzura al salir de entre las nalgas, gimoteó bajo mi cuerpo conteniendo el escozor, me situé a su lado rodeándole con mis brazos. Mi pecho pegado a su espalda memorizando cada marca que hubiera ocasionado minutos antes.

El silencio era nuestro amigo, nos hacía compartir esos momentos únicos en los cuales nuestras manos se entrelazaban conteniendo la respiración, un millón de mis inocentes besos le llenaron la espalda de caricias.

-“Te extrañé tanto nene…”- le sentí suspirar antes de voltearse, me rodeo con los brazos la cintura enterrando la nariz en mi pecho. La cercanía me erizó cada bello del cuerpo.-“¿Quieres dormir? Prometo no hacer nada.”- una risita escapó de su boca antes de cerrar los ojos y entregarse al velo del sueño. Cada minuto que pasó convirtiéndose en horas me perdió en su respiración acompasada, mis pulgares vagaban de labios a cabellos sin detenerse, era adicto a ese chico.

A sabiendas de que me sería imposible conciliar el sueño me incorporé tratando de no despertar a mi bello amante que se removió solo un poco. Las piernas desnudas me guiaron al sillón frente al ventanal que daba al jardín, el silencio ayudaba a mi estado de ánimo.

Me sentía tan relajado.

Tomé asiento prendiendo un cigarrillo, una calada profunda y mis pulmones se llenaron de humo. Los tiempos habían cambiado, lo único que necesitaba era tener a ese hombre entre las sabanas para mantenerme cuerdo y confiado, olvidándome del mundo allá fuera. Nosotros habíamos construido nuestra propia realidad.

Parecía ilógico que dos jóvenes se amaran sabiendo tan poco de la vida, creer que un amor tan puro existiese. Yo era diferente, al principio me costó poder controlarlo a como estaba acostumbrado, siempre lograba lo que me proponía de alguna manera u otra pero con Jaejoong no funcionaba, si cometía error alguno ocasionándole malestares a su frágil corazón me moriría, asustaba llegar a conocer un dolor tan atemorizante. Desde que comprendí como eran las cosas en verdad no pude volver a ser el mismo.

Antes vivía por y para mí. Ahora vivía sólo para él.

-“Menta, lavanda, tabaco y sexo.”- El cuerpo desnudo de mi nene apareció frente a mi pero no me sorprendí, seguramente el humo le despertó. Se sentó en mi regazo depositando solo un beso en mis labios, le vi recostárseme en el pecho aspirando el aroma a tabaco que salía despedido de mí, él sonrió cerrando los ojos de nuevo. El cigarrillo cayó solitario de mis dedos cuando comencé a acariciar sus piernas suaves y deliciosas.

-“Que harías si decidiera engañarte con otra persona…”- sabía que escuchó perfectamente, siguió pretendiendo dormir entre mis caricias hasta que su mente pudiera formular una respuesta. Esperé ansioso.

-“Le mataría del peor modo, le haría sufrir por atreverse a tocar a mi hombre.”- no sentí confusiones, estaba tan seguro de sus palabras que me acribilló la moral.

-“¿Y que harías conmigo?.”- abrió sus ojos enfrentándome, temblé ante la sensación que me provocó su mirada.

-“Te amo demasiado como para dañarte.”- sentenció sin miramientos.-“Nunca serías capaz de traicionarme. No confió ni en Dios ni en el Diablo, mi corazón y mi cuerpo te pertenecen sólo a ti.”- apoyando las manos en mi pecho sintió el latir exaltado proveniente de el.

-“Respuesta correcta bebé.”- mis labios chocaron con los suyos, fundí ambas bocas eliminando la diminuta distancia entre nuestras pieles desnudas. Había contestado a mis inquietudes con tanta convicción que yo no tenía ganas de hacerle ver que estábamos equivocados, decirle que al igual que yo, él nadaba por el mar de la locura.

Era divertido.

Me dejé llevar por sus besos incansables hasta que caímos en la somnolencia divina, él disfrutando de las fragancias de nuestras pieles. Yo festejando el haber abierto ya todas las puertas de su cuerpo.

La de sus ojos estelares y deslumbrantes.

Las de sus labios indisciplinados.

La de sus oídos que se endulzaban con versos moribundos.

La de su corazón que doblegó mi voluntad.

La de su inocencia genuina.

Y por ultimo, la más impórtate…

La puerta de su locura, que al igual que la mía, ennoblecía nuestra historia de amor, tan sutil como la contradicción de una Paradoja.





N/A: Aqui concluye el Primer capitulo de mi nueva historia, he pensado mucho tiempo sobre esto tratando de darle a los personajes de Yunho & Jaejoong personalidades interesantes. Les pido por favor que no esperen Fictions de fantasia o mpreg de mi parte porque estoy orientada a las historias de amor veridicas, lo lamento por esas chicas que querian que escribiera algo de vampiros y eso, siento que no sirvo para escribir esas cosas :(
Desde ya me despido esperando que lo disfruten al igual que yo, todos los comentarios son bien recibidos =)

Atte. Mirai

41 comentarios:

Ruki-san dijo...

Me encanto!!! *-* quiero actuuu!!!

actuuuuuuuuuuuuuuu!!!

YH tan sicotico *-* y ala vez tan lindo y medio romantico!!

el abrio cada puerta misteriosa de JJ , y llego a abrir la puerta ams importante!! su ♥

>-< me encantoo!!!, xa!! me extrañaba leer tus fics!!

gracias por compartirloo!!!

esperare con ansias el sgte capo! *-*

os amo Mirai!!! ♥

PD: soy Rukia (Naty Sáciga ) FB ~

vani dijo...

oowwww esta genial :a

lolita dijo...

OMG!!:j para ser el pirmer capo fue tan largo y un placer leerlo que se me hace corto , Me gusta como enfocas como el amor llega al estado de locura en el YJ algo emfermizo que creo que realmente puede llegar a ser ... Genial clap clap eres grande necesito el siguiente cap ...... sigue escribiendo que gustosa te leere.

PD: soy lolish en fb

★ MolLy ★ dijo...

El final del primer capitulo? 0_0 osea, tooooooodo este solo fue el PRIMERO?! antes de llegar a la nota creí que era un oneshot! xD

Que bello amor es el YunJae. Me encanto la personalidad de Jae y la de Yunho. Lucho por lo que quería hasta hacerlo completamente suyo. Ahora ambos se aman con locura y no imagino que podría pasarles si algo malo les llegara a pasar a ellos y afectara a su relación ;o;


Deja que me quite el sombrero ante ti! me ENCANTO tu fic y la manera de escribir, cada detalle, cada momento muy bien descrito, cada sentimiento explicados con palabras tan exactas *--*

Encontré una joya contigo~ mis felicidades ;D
prometo seguir siempre tus historias y animarte a seguir haciendolo ^^

Esperare el siguiente capitulo con muchas ansias :D
Saludos~~

Kim Sheccid dijo...

Me encantaaa el tramaa....me encanta leer capitulos largos. estare muriendo por la actu^^
Asi k no tardes xfis XD

Karu dijo...

*w* lo ameeeeeeee! todoooo esooo en el 1er cap! >< kyaaaaaa voy a morir! muchas gracias!

abi jaejoong dijo...

:a aaaaaaaaaaaaah...no puedo creerlo..me encnato este fic...pense q era Shot..pero veo que
seguiras con la historia...por dios...no tnego palabras mas que escribirte que espero con ansias la actu...^^:j

Melany Cari dijo...

oh me gusto mucho en serio. Es la primera vez que leo alguno de tus fics , lo siento es que soy nueva en lo del YunJae, y para ser la primera vez que te leo me has dejado sorprendida....si este es el primer capitulo no me imagino como serán los demás, seguiré tu fic, felicitaciones :)

Dana Sam dijo...

ahhh me encanto y pensar que solo es el primer capitulo, sin duda esta historia promete!! gracias por escribirla, aunque me gustaria saber lo que siente desde el punto de vista de Jae, gracias por tan linda historia!!

Mizore dijo...

Hola! ^^

Oh~~ excelente historia~ te luciste de veras! la encontre tan original y perfecta. Ame las personalidades que le diste a los dos, son el uno para el otro definitivamente :c

Gracias por el capitulo aunque dijiste que habia continuacion sinceramente encuentro que esta perfecto tal como esta no requiere de una continuacion porque asi tal cual es sublime.

Cuidate. Bye ^^

AlexaSaMorYJMshipperYS dijo...

Wooooooow!!!! Amo tu fic woooooo!! Yo pensé que era un One shot, te lo juro que pensé que era un One shot, esta divino largo así como me gustan los cap. Esperé con ansias el sig. Cap. *-* esta buenísimi enserio me imprisionó O.O eres genial d(*w*)b

(>°.°)> espera con ansias el siguiente capitulo <(°.°<)

Jaeho ♥ dijo...

:j sinceramente ME ENCANTA TU HISTORIA! me muero por saber que pasara, algo me dice que sufrire y no se porque, pero Graciad por escribir desde ya aqui tienes una FIEL SEGUIDORA!

Hye Soo dijo...

Estas historias con tintes romanticos pero realistas me gustan <3

Muy buen fic, se ve prometedor , me encantan las personalidades de los personajes y el desarrollo que presentan sus caracteres con el paso del tiempo y la confianza adquirida... Jae tan posesivo queriendo ser todo el campo visual de Yunho y Yunho queriendo ser el todo de Jaejoong, con ese tinte de amor que roza en lo psicotico, me encanta!

Pero como hablamos de un fic de tintes realistas, no todo puede ser rosa verdad?, veremos que mas nos traes en el proximo capitulo.

Felicitaciones muy buena historia, tu manera de escribir me gusta mucho, desde ya me has cautivado con tu historia.

~Diana Jung~ dijo...

waooo y yo pensando q era un oneshot xD
xq es inmenso el cap!!

:j me encanta como los describiste
asi de loquitos x el otro...

voy a estar esperando ansiosa el sgte cap =D

Anónimo dijo...

mirai ninia
que buen fic
sigue asi me encantas que escribas del yunjae
una consulta que paso con el final de tempestad
ese fic tan bueno que tenias en el otro blog
lo terminaras
porfavor ruego por que sea asi
te adoro

Paradise YunJae fanfics dijo...

AWWWWWWWW! ame este cap enserio fue hermoso tuvo todo T_T esperare l siguiente cap *W* lo spero con ansias *W*

Unknown dijo...

bueno yo te digo que me gusto mucho y para q un fic guste de nuestros oppas no es necesario la fantasía cada quien tiene su estilo y por todos los que he leido es raro el que no me gusta q creo que seran uno o dos mas no creo de vampiro de embarazados todos son buenos lo que tiene es que saber darle un buen sentido a la historia para que uno cuando lo lea se traslade a esa imaginacion que vuelve loco a uno te felicito esperare tu actualizacion esta muy bueno

Mai Merodi Fics dijo...

wa! pene no comentar v.v por que dije wau 17 comentarios son muchos que me leera XD pero luego dije no devo comentar el buen trabajo sismpre se comenta ^^ asi que ahi va!

wa!!!!!!1 me encanto, no sabes como le sufri al comeinzo porque sabia que jae no era asi como los demas los estaban tildando :o yo sabia que mi jae bello no seria hasi y despues como casi me lo violan apareció super yunho a salvarlo claro el tardo tambien queria hacer lo mismo ¬¬ en fin

me gusto que jae confie en yunho eso fue genial y que jae ame tanto a alguien como yunho el pobre sufría mucho por su belleza que merecía al mejor de todos como enamorado, novio, amante.

yo sabia de tu otro blog XD pero no este así que me alegra a verlo encontrado y te inscribo ahora mismo a mi lista de mis escritora favoritas ^^ como describes las escenas los sentimientos son geniales *O* yo estaba metida en la historia son darme cuenta del tiempo eso fue genial ^^

me despido y me iré a leer otro fic que haya en el blog ^^ y sigue con lo bueno que eres y escribe por saciar eso que te impulsa a hacerlo

yuliih_22 dijo...

VOSS!!!! YEGUA DE MIERDA!!!! POR ALGO NO LO HABÍA LEÍDO COMPLETO HASTA AHORA!! *Q* Quedé embobada, una cosa es que me lo cuetes y otra totalmente diferente es leerlo...No puedo decir otra cosa que no sea "ES-PEC-TA-CU-LAR" :i tremendo capítulo. Amé la locura de esos tipos DIOS!!!! SAFHASKFHASK :j
Quieroo más sdkfsk -se los rapta para que le hagan un hard YJ en vivo- *___________* TE AMO PENDEJA DE MENTE PERVERT!!XDDD
(PD: Al fin te comenté, podés morir tranquila ?)XD)

alextvxq335 dijo...

Que apenas te comentooooooooo x_X
WooowW...Al fin saliste de tu hiatus! >___>~ xD

Lo 1ro!. OMG tu forma de escribir cambio!!!!...
Siempre te lo voy a decir, me gusta desde siempre como escribes *-*....ahora y antes!

Note k profundizas mas en tus personajes~... Están tan divinamente confusos~, en el sentido de ke ni ellos se entienden XDDD
En un momento pensé k la personalidad arisca de JJ se debía algún trauma de su niñez aparte del profesor que lo acosaba >"<!!!....Y después se volvió mas loco, pero por Yunho~ (no lo culpo *¬*) -se patea- xDDD
Me dio un escalofrió con lo que Yunho leyó en el periódico .__.u

Quiero actuuuuuu!!!...Tmb pensaba k era un One-shot! Oh Gosh!!!DDDx

kate dijo...

me gusto mucho este primer cap..mis respetos para ti..ya me muero por saber a donde lleva la lokura de este amor al yunjae

Paradise YunJae fanfics dijo...

:a aaww cuando abra actua d este fic enserio es hermoso lo ame T_T lo espero ansiosamente

Anónimo dijo...

JuYil Jung
Y apenas es el primer capítulo? :c
En verdad lo amé! Está muy bien escrito, te hace lleva casi,casi de la mano. Mi imaginación es muy privelegiada :a
Por favor, continualo! :d

Unknown dijo...

0,0 genial asi como me gustan jiji bueno leo de todo me gustan todas las clases de fics que sean YUNJAE jiji este me encanto ,,,, me imagine toda la historia jiji :D ,,,,,,suerte en tus proximos proyectos jiji soy nueva en esto de los fanfics ,,,,, y tu fic me encanta jiji

Anónimo dijo...

:f waaa..!! genial me gusto mucho tu fic jae tan lindo y yunho al final logro conkistarlo :j espero la conti con ansias

:a

Anónimo dijo...

Buenas, acabo de encontrar tu blog de casualidad. Me ha encantado la historia, preciosa... Muchas gracias por escribirla. Un saludo.

Anónimo dijo...

:j definitivamente ame este fanfic y eso que es solo un cap y ya es uno de mis preferidos *w* en serio creo que no me canso de decir cuánto me gusta la forma que escribes. La historia es tan intensa que woow! no puedo dejar de seguirla :i Sigue actualizando si?

yunhokim dijo...

me fascino amo el amor que se dan con todo hasta la locura es bellísimo los adoro muy muy bella esta historia

Paola dijo...

Vuelvo a leerlo y ,me sigue pareciendo hermoso, la forma en que es cribes de verdad es increíble, y me encantan la forma que els ohablan de sus sentimientos. Realmente es hermosa la historia.

YunJae Vincit Omnia dijo...

es hermoso :j , me encanta,ese amor tan desesperado y loco que se tienen me derrite por completo, los amo gracias por compartirlo

Anónimo dijo...

muyyyyyyyyyyyyyyyyy lindooooooooooooooooooooooooooooooo kyaaaaaaaaaaaa me encanto cuando la actualizas ya kiero verlo

Jaenekho dijo...

:3 Wiii k hermoso <3 <3

Sel Rod dijo...

La descripción de la historia me encanto, Yunho estaba que flipaba por su Jae, y bueno se le concedio,

Sólo espero que puedan ser muy felices...

Laura Campos García dijo...

Esta genial, hermosamente escrito, esto es el verdadero amor

Unknown dijo...

waaaa pense que esto era un one shot, creo que nunca comente, pero quiero decir que este fic es uno de mis favoritos, actu please. TE EXTRAÑAMOS!

Unknown dijo...

eres muy buena escribiendo la lectura es amena ademas que tu historia es muy buena >< me encanto el fic *-* fue hermoso como yunho se fue ganando el amor de ese jae que lo necesitaba <3

Virginia Maturana dijo...

DIOS QUE AMOR VISCERAL Y LOCO ME GUSTA TU FORMA DE VER EL YUNJAE ES DIFERENTE PERO HERMOSO, PERO NO DEJA DE INSPIRARME UN POCO DE MIEDO .BUENÍSIMO GRACIAS

Virginia Maturana dijo...

DIOS QUE AMOR VISCERAL Y LOCO ME GUSTA TU FORMA DE VER EL YUNJAE ES DIFERENTE PERO HERMOSO, PERO NO DEJA DE INSPIRARME UN POCO DE MIEDO .BUENÍSIMO GRACIAS

jaqueline yunjae dijo...

Recien me entero de esta fantastica historia. Me encanta esta tematica. Jaejoong finalmente callo rendido ante wl loco y unico amor de yunho quien vio mas alla de lo que decian por ahi *w*

jaqueline yunjae dijo...

Recien me entero de esta fantastica historia. Me encanta esta tematica. Jaejoong finalmente callo rendido ante wl loco y unico amor de yunho quien vio mas alla de lo que decian por ahi *w*

Unknown dijo...

jae no pudo resistirse a yunho. me encanta cuando jae lo celaa...ahh-suspira-...son tan lindossd!!!

:a   :b   :c   :d   :e   :f   :g   :h   :i   :j   :k   :l   :m   :n   :o